El economista ultraliberal y candidato a presidente de la Nación, José Luis Espert, dijo que el plan económico del gobierno nacional es otro sin éxito, “después de 8 décadas de fracaso”.

Durante una entrevista en el canal de noticias C5N, recordó que Argentina firmó 27 acuerdos con el Fondo Monetario Internacional y que la entidad “siempre aparece como una especie de bombero para apagar el incendio que hubiera sido peor si no se apagaba”.

Al respecto del actual, Espert dijo que “sirvió para el corto plazo para que Macri tuviera mayores chances de ser reelecto” y que “rue un programa del Fondo muy raro”.

“De los 57 mil millones de dólares que tiene el acuerdo con el fondo, 50 mil millones se lo van a dar a desembolsar a Macri, los siguientes 7 quedan para los próximos gobiernos», destacó.

Enseguida, el representante del Frente Despertar se refirió a la disyuntiva que se enfrenta el gobierno entre detener la productividad por las altas tasas que ayudan a contener el valor de la moneda norteamericana o dejar que la divisa extranjera suba: “En vistas de que la estabilidad de la moneda extranjera le hará perder menos electores”, optó por esta decision.

Tras manifestar que “lo más preocupante del país en estos momentos es la actividad económica que está fría y estancada, el desempleo y la situación social en general, Espert se refirió a sus propuestas.

«Yo durante este año voy a competir por la presidencia por el Frente Despertar. La propuesta económica nuestra es olvidarnos un poco del corto plazo y eliminar un sistema que destruya a la gente, a la gente los gobiernos les robó.»

Enseguida, advirtió que “eso implica cambios muy profundos” entre los cuales estará “una legislación laboral que tenga ganas de contratar gente, no como el sistema actual.

Además, echó mano al manual liberal cuando se le consultó sobre la forma de bajar impuestos al afirmar que se deberá recortar el empleo público.

“Argentina es un país adicto a la cocaína” ,aseguró Espert al comparar esa droga con “el populismo», que alienta «el mito del Estado presente y el mito de la justicia social” y señaló que “si hace cambios va a pasar por un síndrome de abstinencia y cuando pase por ese período, va a tener buen futuro.