La cosecha de trigo, a nivel nacional, finalizó con un récord productivo de 19,5 millones de toneladas según el relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), mientras que para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires el volumen total alcanzó a 18,8 millones de toneladas.

La diferencia en la estimación de producción entre ambas entidades fue de 700.000 toneladas, debido a cuestiones metodológicas generadas a partir de diferencias en las mediciones de superficie y de rendimiento promedio.

Para la entidad bursátil rosarina, la campaña 2019/20 concluyó con un récord productivo de 19,5 millones de toneladas, lo que significó un incremento de 500.000 toneladas con respecto al máximo anterior registrado en la zafra 2018/2019, de 19.000 millones de toneladas.

Campaña “espectacular”

La superficie sembrada con el cereal alcanzó las 6,8 millones de hectáreas, 250.000 hectáreas más que en la campaña anterior, mientras que el área cosechable se ubicó en 6,53 millones de hectáreas.

El rendimiento promedio a nivel nacional se situó en 29,9 quintales por hectárea (qq/ha), 0,8 puntos por debajo de lo registrado el ciclo pasado. «Fue una campaña espectacular de trigo», dijo el jefe de Estimaciones de la red GEA de la BCR, Cristián Russo. Según el especialista, «a medida que avanzaba la campaña tuvimos que hacer ajustes de mano de las imágenes satelitales que marcaban una mayor área sembrada de trigo».

Por debajo de los números informados por la Bolsa de Rosario, la entidad bursátil porteña cuantificó la producción de trigo de la actual campaña en 18,8 millones de toneladas, la segunda mejor de la historia al encontrarse por debajo de los 19 millones de toneladas de la cosecha 2018/2019.

«Si bien restan algunas hectáreas en el sudeste bonaerense, que se estarán recolectando en los próximos días, su aporte no tiene impacto significativo en el volumen producido», indicó la entidad en su informe semanal sobre estimaciones agropecuarias.

Déficits hídricos

Según la Bolsa de Cereales porteña, «la campaña estuvo fuertemente marcada por déficits hídricos sobre todo el margen oeste del área agrícola, al menos durante las etapas vegetativas del cultivo», aunque «los eventos de precipitaciones registrados a partir de octubre, compensaron al menos parcialmente las pérdidas de rinde esperadas por falta de estructuras reproductivas con un mayor peso de grano».

La superficie sembrada con el cereal fue de 6,6 millones de hectáreas, con pérdidas de superficie del 2,5% debido a inconvenientes climáticos.
El 20% de las pérdidas se concentró en el sudoeste de Buenos Aires y el sur de La Pampa debido a «los déficits hídricos predominantes durante prácticamente todo el ciclo del cultivo».

Sobresalió el sudeste bonaerense

El rendimiento promedio a nivel nacional se posicionó en 29,2 qq/ha, el más bajo de las últimas cinco campañas. La región que presentó el mejor rendimiento fue el sudeste de Buenos Aires con 42,9 qq/ha, mientras que en segundo puesto se ubicó en 40,2 qq/ha y en tercer lugar el núcleo norte, con 37,5 qq/ha.

Por otro lado, culminó la cosecha de cebada con una producción de 3,3 millones de toneladas, la menor de los últimos cinco años y 900.000 toneladas por debajo del ciclo 2018/19.
El rendimiento promedio a nivel nacional se posicionó en 37 quintales por hectárea.