Más de 300 empleados textiles fueron despedidos en La Rioja y Catamarca, en medio de la caída de ventas provocada por la fuerte recesión. Hasta ahora, son tres las plantas fabriles que cerraron.

La crisis afecta a Textilcom, una compañía que había abierto dos filiales en esas provincias hace unos dos años. También a AlpaCladd, que empleaba 45 personas en La Rioja.

Textilcom tiene diez años y posee su sede principal en el barrio porteño de Villa Soldati.

En las plantas producía indumentaria para grandes marcas, como Grisino, Cristóbal Colón y Cheeky, debido a que por su capacidad y especialización realiza tareas de diseño, moldería, confección, estampado, bordado, apliques y terminación.

Tanto en La Rioja como en Catamarca, de acuerdo a las seccionales de la Asociación Obrera Textil (AOT), a los empleados les comunicaron de manera sorpresiva que se otorgaban descansos de 48 horas para lunes y martes.

Esto generó dudas y los operarios montaron guardias frente a las plantas, que ya venían con atrasos en los pagos de sueldos, por lo que tuvieron que mediar el gremio y las secretarías de Trabajo de ambas provincias.

Fueron los propios empleados quienes observaron movimientos durante una de las noches, en las dos fábricas, comunicaron esta situación a la AOT y se autoconvocaron, ante el temor de que se lleven las máquinas.

En La Rioja, en donde hubo 143 despidos, un delegado provincial del Sindicato de Obreros de la Industria del Vestido y Afines (SOIVA) informó que hicieron la denuncia para evitar un intento de extracción de máquinas y materiales.

La empresa fabrica también para marcas como Cheeky, Mimo, Yagmour o Penguin.

La secretaria de Trabajo, Myriam Espinosa, dijo que los propietarios atribuyen los cierres a una fuerte caída de las ventas.

En Catamarca persiste la toma de la fábrica de los 124 despedidos que hasta pasan las noches, en turnos, aunque en las puertas hay una guardia policial.

La firma estaba pagando en cuotas el sueldo de abril, con haberes que son de cerca de $420.000.

La Dirección de Inspección Laboral (DIL) de Catamarca labró las actas del cierre, documentación clave para que los gremios textil y del vestido exijan el pago de los salarios caídos y el 100% de las indemnizaciones.

 

DESPLOME DE LA ACTIVIDAD

De acuerdo con un relevamiento realizado por la Fundación Protejer, en el que se señala que las firmas consultadas tuvieron un retroceso del 35% en la demanda, el 87% de las empresas del sector textil registró en el primer bimestre de este año una caída de ventas.

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La caída de las ventas de las textiles está acompañada de una suba de precios. En los primeros tres meses del año, el rubro acumula un incremento del 33% contra el 51,6% acumulado, mientras que en marzo subió 11%.

En 2023 la ropa subió 169%, contra una inflación de 210%, mientras que en 2022 había crecido 120,8% contra una suba general del 94,8%.

Más del 70% de las empresas disminuyeron la producción de forma interanual. Casi la totalidad atribuyen esta dinámica a la pérdida del poder adquisitivo de la población.

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Según el último dato difundido por el INDEC, el uso de capacidad instalada de la industria se ubicó en marzo en 53,4%, dando cuenta de una fuerte caída de la actividad (hace un año atrás era de 67,3%).

Al respecto, la contracción se sintió en todos los sectores, aunque el golpe más fuerte fue para Productos textiles, con apenas el 38,5% de recursos funcionando (hace un año atrás era de 52,5%), solo por detrás de los meses más duros de la pandemia de 2020, por lo que más de la mitad de la industria textil se encuentra paralizada.