Las estadísticas oficiales que muestran al PBI cayendo 2,1% en el segundo trimestre del año, sitúan a Argentina oficialmente en recesión al cumplirse tres trimestres de caídas consecutivas, las que, adicionalmente, se han acelerado trimestre a trimestre. El escenario recesivo se completa con una tasa de desempleo de 9,3% y más de 20%de la fuerza laboral que, si no se encuentra desempleada, está trabajando menos de lo que quisiera. En la Región Centro el panorama es similar. Las tasas de desempleo de Gran Rosario (11,7%) y de Gran Córdoba (11,5%) lideran el ranking de los 31 aglomerados en los que se mide trimestralmente el empleo y desempleo total, es decir formal e informal.

En el caso de Gran Rosario, la tasa de actividad es la segunda más alta del país, sólo superada por CABA, lo que pone una presión importante al mercado laboral, que sin embargo presenta una de las mayores tasas de empleo en esta medición. La severidad de la recesión, el aumento del desempleo y la caída de los salarios reales por la inflación muestran su peor cara en el índice de pobreza, alcanzando a 32,2% de los argentinos en el segundo trimestre del año, que al menos ahora se mide y que al igual que muchos de los problemas económicos y sociales que se revelan ahora, son de larga data y requerirán de un sostenido esfuerzo para revertirlo.

Los datos de una recuperación de la actividad económica en el segundo semestre no son contundentes, pero tampoco inexistentes. Hay algunos “brotes verdes” que asoman de la mano del sector agropecuario e impactan en la compra de maquinaria agrícola, pick-ups y agroquímicos; también en la construcción a medida que toma ritmo la obra pública. Por otro lado, los consumidores no se muestran desalentados. En septiembre el Índice de Confianza de los Consumidores que estima la Universidad Di Tella, registra crecimiento y la brecha entre expectativas futuras y condiciones presentes vuelve a ensancharse en el mes de septiembre, detalla el estudio dirigido por Ana Inés Navarro.

Un dato importante para la Región es que el índice muestra que la confianza de los consumidores crece bastante más en el interior del país que en el agregado nacional. Los datos locales muestran que, en el mes de julio, a pesar que los niveles de actividad son visiblemente más bajos que de los del año pasado, las variaciones mensuales libres del efecto estacional, han pasado a terreno positivo en algunos sectores. Es el caso de la producción láctea y de la faena vacuna en Santa Fe, de la faena avícola Entre Ríos, del consumo de gas en las industrias de las tres provincias (exceptuando las de mayor consumo energético), de la venta automotores también en las tres provincias y de la recaudación del impuesto de sellos en Santa Fe y a los ingresos brutos en Córdoba.

Un mes con variación coyuntural positiva no marca tendencia, pero las fuerzas que están detrás de estos guarismos positivos parecen sólidas. Por otra parte, recién a partir de agostos- septiembre comenzarán a verse los efectos de algunas obras públicas como las viviendas programadas para Rosario.

La actividad económica medida al mes de julio en la provincia de Santa Fe con el Indicador Local de Ciclo Económico (ILCE) de la Universidad Austral muestra una variación mensual negativa de 0,6% y para el acumulado de los primeros siete meses del año, una caída de 0,3%.