La megadevaluación que sufrió el peso durante 2018, derivada en recesión económica, viene pulverizando la industria textil, lo que se ve reflejado en muchas empresas que entraron en concurso para no cerrar, mientras que otras decidieron directamente hacerlo ante la imposibilidad de continuar su actividad.

Según el último relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), el sector de indumentaria y lencería cayó 11,5% durante el año que pasó, a la vez que el rubro textil bajó un al 8,1 por ciento, contabilizado en unidades.

En 2018 pudo advertirse como distintas marcas de origen nacional se volcaron al concurso de acreedores para lograr encauzar sus finanzas, mientras tantas otras solicitaron procedimiento preventivo de crisis.

Un ejemplo es Legacy, firma que a mediados de año se presentó en convocatoria, u otras como Big Bloom, grupo dueño de las marcas Wanama y John L. Cook, quien lo hizo un par de meses más tarde.

La caída del consumo sumada a las tasas interés asfixiantes impuestas por el Banco Central obligan a las empresas a apelar a distintas estrategias para evitar bajar la persiana, reduciendo todo lo posible los costos, bajar el margen de rentabilidad vía precio, o renegociando alquileres y en casos extremos pedir el concurso, como hicieron las mencionadas anteriormente.

Otras empresas directamente tuvieron que cerrar, o vender ante ofertas del exterior, beneficiadas por el tipo de cambio. Es el caso de la histórica marca deportiva Topper, que pertenecía al grupo Alpargatas y fue adquirida en septiembre por un empresario brasileño a cambio de 24 millones de dólares.

Las emblemáticas marcas internacionales Wrangler y Lee, líderes de blue jeans anunciaron que dejarán el país en marzo próximo despidiendo a 200 trabajadores. Así lo informó la corporación VF a la que pertenencen ambas marcas.

Sin plan de crecimiento

En esta línea, economistas subrayaron este sábado que que a la Argentina «todavía le falta un programa de crecimiento», y consideraron que si bien las medidas del Gobierno llevaron «tranquilidad» al sector financiero, la economía real «está pasando por un momento muy crítico».

Fausto Spotorno pronosticó que «en el corto plazo va a haber una recuperación porque naturalmente lo que se ve en la cuestión financiera, tarde o temprano, se va a replicar en la actividad económica real».

«Lo que estamos viendo en las caídas industriales de diciembre es un reflejo de lo que pasó en la actividad financiera unos meses antes», evaluó el también director del Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres & Asociados, mientras argumentó que «la crisis financiera se anticipó a la crisis real».

Sin embargo, aclaró: «Son rebotes, recuperaciones. A la Argentina todavía le falta un programa de crecimiento económico, que no lo tiene».

En en diálogo con Radio Cultura, señaló que «va a haber un rebote en la actividad económica a partir del segundo trimestre, pero no en la industria, sí en el agro y sectores vinculados».

El economista Arnaldo Bocco, por su parte, calculó que «hay medio millón de trabajadores que está en la desocupación abierta», y alertó que «la inflación quitó entre el diez y quince por ciento de capacidad de compra de los que aún perciben un salario formal».

Según su entender, las medidas tomadas por el Gobierno en materia fiscal y monetaria llevaron «tranquilidad en el mercado financiero», aunque alertó que «la economía real está pasando por un momento muy crítico».

En diálogo con FM Milenium, resaltó que «la economía vive una angustia muy grande» y remarcó que «hay focos de conflictos muy fuertes que los analistas miran con mucho cuidado».