Por Aldo Battisacco – Conclusión Buenos Aires

Tras la corrida cambiaria que hubo en la última semana, donde el precio del dólar blue o informal aumentó casi cien pesos, resurgió la propuesta de dolarizar la economía argentina. Sin embargo, el economista Hugo Vasques echó por tierra esta iniciativa y explicó que una medida de este tipo podría generar hiperinflación y desabastecimiento en el mercado interno.

En diálogo con Conclusión, el economista analizó cómo se logró frenar la suba del dólar blue: “El gobierno pudo controlar la corrida cambiaria interviniendo directamente, a través del Banco Central, el mercado del dólar paralelo. A esto no lo había podido hacer antes por restricciones del propio acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A esto se suma que a partir de mayo se va a poder importar de China alrededor de mil millones de dólares en yuanes, lo que resta demanda al mercado del dólar y ayudó a que la corrida se contuviera”.

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Sin embargo, Vasques adelantó que la corrida “se contuvo por las próximas semanas”, pero advirtió que “el problema de fondo no se solucionó”: Argentina sigue siendo un país con falta de dólares –una situación que se vio agravada por la sequía, la cual generó pérdidas en las exportaciones– y todo indica que en los próximos meses continuará la presión sobre el mercado de cambio.

En cuanto a la dolarización de la economía, Vasques indicó que esta idea es “inviable”, pero reconoció que cobra fuerza en medio de un año electoral, cargado de “presión e incertidumbre”.

“En el país no hay dólares para absorber los circulantes y la cantidad de depósitos en pesos que hay en los bancos y cambiarlos por divisas norteamericanas. De hacerse, debería ser con una tasa de cambio de entre 2.000 y 3.000 pesos por dólar, lo que significaría una devaluación fenomenal que rompería todos los contratos que conocemos”, analizó el economista.

Y agregó: “Si vamos al número que le puso el economista que plantea con mayor fuerza la dolarización (Javier Milei), se habló de un valor menor, en torno a los 480 o 500 pesos por dólar, pero en ese valor la devaluación sería fenomenal e implicaría un traslado a precios casi inmediato. Eso llevaría a la economía argentina a una hiperinflación, sumado a un desabastecimiento fuerte de alimentos y productos que Argentina exporta”.

En este sentido, Vasques indicó que los ingresos, es decir, el poder adquisitivo de la población, no aumentará en la misma medida que los precios de alimentos, por lo que habrá una caída en el consumo y los productores optarán por exportar lo que antes destinaban al mercado interno. “Vamos a entrar en una suerte de desabastecimiento de productos básicos. El incentivo va a exportar lo que antes se destinaba al consumo interno”, redondeó el especialista.

No obstante, advirtió que esta situación “no beneficia a nadie en el mediano y largo plazo”. Y completó: “Ningún empresario local se beneficia cuando tiene la economía dinamitada. Argentina hoy tiene un 40% de pobreza, este índice se dispararía si tenés una inflación del 100% en uno o dos meses, que es lo que va a tener como consecuencia una dolarización. No se beneficia nadie, por eso los empresarios no convalidan esa propuesta”.

 

Consultado por su evaluación sobre las medidas que tomó el ministro de Economía, Sergio Massa, Vasques respondió: “El gobierno está enfocado en obtener financiamiento por parte del FMI u otro organismo internacional que posibilite un puente de financiamiento entre el 2023 y el 2024, donde la sequía habrá terminado y se espera un mayor flujo de dólares por parte de la explotación de Vaca Muerta. Hoy el salvataje está previsto desde el exterior, no hay posibilidades de garantizar niveles de mayor estabilidad a los actuales sin un flujo de dólares frescos por parte de algún organismo internacional”.

Además, reconoció que el “candidato más fuerte para representar al oficialismo en las elecciones es Massa”, al tiempo que destacó cómo afrontó el intento de desestabilización económica que tuvo lugar en julio del año pasado: “El ministro tranquilizó las variables financieras, pero no así la inflación, que a inicios de año empezó a preocupar mucho porque estuvo siempre por encima del 6%. El desafío por delante es unir esas dos variables, el dato de inflación y el dólar, que están retroalimentados, cuando se mueve uno impacta en el otro”.

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