El FMI consideró hoy que el acuerdo de la Argentina con los fondos buitre permitirá al país lograr una «política macroeconómica más consistente».

«Después de muchos años de litigio las autoridades llegaron a un acuerdo con numerosos acreedores, lo cual permite que el país regrese a los mercados internacionales de capital», destacó el organismo.

El Fondo Monetario difundió este miércoles su último informe sobre las «Perspectivas Económicas de las Américas», a través del cual evaluó que la salida del default «es un paso importante para permitir que la Argentina recupere su posición financiera y acceda al ahorro externo, para financiar el costo de la transición hacia un marco de política macroeconómica más consistente».

En ese trabajo, resaltó que en la Argentina, «el nuevo Gobierno se ha embarcado en una ambiciosa y muy necesaria transición para eliminar los desequilibrios y distorsiones macroeconómicas, que han reprimido la inversión y erosionado la competitividad».

Por caso, comentó que en diciembre de 2015 «se redujeron los controles del tipo de cambio, lo que derivó en una devaluación inicial del peso del 40% y cerró la brecha entre los tipos de cambio oficial y paralelo; se removieron diversas restricciones sobre el comercio internacional; se anularon o redujeron las tasas de impuestos a la exportación sobre productos agrícolas».

«También, se aumentaron las tarifas de los servicios públicos para contener el impacto fiscal de los subsidios energéticos, con mecanismos orientados a mitigar el efecto en los segmentos más vulnerables de la población», añadió.

Según el organismo crediticio, «el tipo de cambio, que se había mantenido relativamente estable durante el primer mes de flotación libre, se ha depreciado en aproximadamente un 10% desde mediados de enero».

«Esto llevó al Banco Central a primero intervenir en los mercados cambiarios y luego aumentar fuertemente las tasas de interés para contener las presiones a la depreciación. Aún así, la depreciación del peso y el aumento de las tarifas resultaron en un incremento significativo de la inflación en los primeros meses de 2016», advirtió.

Para el FMI, la actividad económica argentina «se ha desacelerado en los últimos meses, y, aunque los pronósticos son particularmente inciertos debido a la suspensión de la publicación de algunas estadísticas oficiales clave, se prevé que se contraiga en aproximadamente 1%».

En ese sentido, señaló que «esto se debe a que la contribución positiva de las exportaciones netas tras la liberalización del tipo de cambio se verá más que neutralizada por una contracción en la demanda interna, a medida que tiene lugar el ajuste a los nuevos precios relativos y los cambios de políticas».

«Sin embargo, el nuevo marco de políticas ha mejorado las perspectivas a mediano plazo, y se prevé que el crecimiento del PBI repunte en alrededor del 2¾ en 2017», vaticinó el organismo, en su último informe.