El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, pidió este jueves establecer un «Dólar Pyme» con el objetivo de revertir la caída de las exportaciones que registró el sector por la «falta de competitividad«.

El titular de IPA reclamó equiparar a las fábricas exportadoras con los sectores del campo beneficiados con el nuevo tipo de cambio diferencial que anunció el ministro de Economía, Sergio Massa la semana pasada, ya que muchas pymes empezaron a abandonar mercados, porque conviene destinar todo al mercado doméstico.

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Tomando las palabas de Massa sobre la necesidad de exportar trabajo argentino al mundo, y de esa manera robustecer las reservas, Rosato afirmó que las pymes industriales son «una de las soluciones a esos problemas que atraviesa el país, porque cumple la doble función de crear puestos de trabajo de calidad y, al mismo tiempo, de generar dólares».

Pero también reconoció que «el pago de las exportaciones al dólar oficial se volvió insostenible, debido a que muchas empresas tienen que importar para producir con costos muy altos, tanto por el financiamiento necesario para pagar las compras en el mundo, como también cuando surge la urgencia de tener que pagar apelando a dólares financieros».

«Hoy muchas pymes empezaron a abandonar mercados en el mundo, porque conviene destinar todo al mercado interno», advirtió.

El presidente del IPA destacó que «la ausencia de un incentivo tendrá una consecuencia muy negativa para el mediano y largo plazo del país».

Para Rosato, «la aplicación del Dólar Pyme no sólo reconocerá a las industrias exportadoras, en su competitividad internacional, sino que potenciará el empleo registrado, debido a que una empresa que vende al exterior tiene que contratar más personal y las condiciones para poder venderle al mundo es mantener una actividad totalmente en blanco».

También alertó sobre los problemas que pueden desencadenarse de la caída de exportaciones industriales y del vuelco de esos stocks a la competencia interna, ya que ante la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, por efecto de la inflación, y el impacto de la sequía en el comercio, se achicarán los negocios y comenzará a verse una competencia que desembocará en una caída del empleo, mayor informalidad y, hasta, cierre de fábricas».

«Las Pymes, junto a los sindicatos, somos las primeras en participar del diálogo con el Gobierno nacional, los gobiernos provinciales y municipales, para desarrollar el modelo industrial, con sustitución de importaciones, lo que permite al país tener un futuro previsible en términos producción y empleo. Pero, al mismo tiempo, dependemos de medidas urgentes para sostener la actividad, porque nuestras fábricas dependen del día a día. A diferencia de las grandes empresas, la rentabilidad de las Pymes no permite tener una espalda financiera que pueda soportar una crisis de largo plazo», indicó.