El tipo de cambio se está retrasando y eso genera problemas de competitividad, por lo que la recuperación económica llegará recién el año próximo y no en el segundo semestre, advirtió la consultora Ecolatina.

En una entrevista con una agencia de noticias nacional, el economista jefe de esa consultora, Lorenzo Sigaut Gravina, dijo que «el saldo del primer semestre negativo, con alta inflación, devaluación, aumento de tarifas, la actividad y consumo en franco deterioro, ha sido muy duro e incluso con crecientes problemas sociales».

El experto estimó que si bien el segundo semestre será «mejor en términos relativos, no se verá una mejora de la actividad».

Consideró que «la situación no seguirá empeorando pero no habrá reactivación como dice el gobierno, y van a ser meses para estabilizar la economía».

Agregó que a partir de julio el gobierno logrará poner un piso a la recesión, bajará la inflación del 4 al 2 por ciento mensual, que sigue siendo elevada, pero no al 1 por ciento, como lo están anunciando.

Según el experto, «para ver crecimiento económico y el fruto de las medidas que se han tomado, habrá que esperar al 2017». Sigaut Gravina pronosticó que dependiendo del efecto de las nuevas medidas se podría comenzar a reactivar la actividad en el primer trimestre de 2017, por lo que «se llegará a las elecciones legislativas del año próximo, con una mejoría que pueda percibir la gente».

La consultora Ecolatina proyecta una caída de la actividad económica en este año de entre 1 y el 2 por ciento, y de la actividad industrial, entre 3 y 4 por ciento, aunque la medición de la Unión Industrial Argentina esta proyectando una caída superior.

Sigaut Gravina consideró que el dólar a fin de año debería ubicarse ligeramente por debajo de los 16 pesos y que no debería estar atrasado como ahora en 14 pesos, sino estar más en línea con la suba de precios, porque eso está generando problemas de competitividad a la economía.

El economista recordó que se salió del cepo con un dólar a 16 pesos «pero la inflación persistió, se licuó la competitividad de buena parte de la economía y no debería persistir este atraso cambiario, por lo menos no en el precio que tiene actualmente» la divisa norteamericana.