El 61,7% de la población ocupada percibió un ingreso promedio de $83.755, en el tercer trimestre del año, en medio de una leve mejora de la distribución en comparación al mismo período de 2021, según la evolución del coeficiente de Gini, informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

En su informe “Distribución del Ingreso”, el Indec precisó además que el 10% más pobre de la población ocupada explicó en ese período el 1,4% del total de ingresos, mientras que el 10% más rico concentró el 28,6%.

Respecto a la población ocupada, que el Indec dio cuenta que se registró un ingreso promedio de $78.930 y un ingreso mediano de $62.000.

El Indec informó también que el ingreso promedio per cápita de la población, más allá de si está ocupado o no, alcanzó los $52.483.

Fuente: Indec.

En tanto, la mayor equidad quedó reflejada en el Coeficiente de Gini, una relación matemática que tiene al “0” como el nivel de mayor igualdad y al “1” con el mayor desequilibrio.

Así, el Coeficiente de Gini del ingreso per cápita familiar de las personas alcanzó en el segundo trimestre del año un valor de 0,424 puntos, contra 0,441 de igual período de 2021.

Analizado según escala de ingreso individual, el ingreso promedio del estrato bajo (deciles 1 a 4) fue de $29.998; el del estrato medio (deciles 5 a 8), de $79.066; y el del estrato alto (deciles 9 y 10), de $200.714.

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Los perceptores varones tuvieron un ingreso promedio de $95.609, mientras que el de las mujeres fue de $72.150.

Respecto a la población asalariada, se registraron 9.362.196 personas con ingreso promedio de $83.310.

El ingreso promedio de las personas asalariadas con descuento jubilatorio fue de $104.790, lo que marcó una suba de 68,9% interanual, mientras que para aquellas sin descuento, ese ingreso alcanzó a $45.981, con un alza de 68,4% interanual.

En el caso de los hogares, los ingresos laborales representaron el 75,7% de los ingresos totales, mientras que los ingresos no laborales alcanzaron el 24,3% restante.

El peso de los ingresos no laborales fue mayor para los deciles de ingreso total familiar más bajos, siendo igual al 60,4% en el primero y 13,7% en el décimo.

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Los hogares con personas en relación de dependencia mostraron que la cantidad de personas no ocupadas fue de 126 por cada 100 ocupadas, mientras que la cantidad de personas no perceptoras de ingreso fue de 62 por cada 100 perceptoras.

Esta relación es mayor en el caso de los deciles más bajos ya que, por ejemplo, para el decil 1 la cantidad de personas no ocupadas es igual a 254 personas por cada 100 ocupadas, y 154 no perceptoras cada 100 perceptoras; mientras que en el decil 10, se advirtieron 38 no ocupados por cada 100 ocupados, y 17 no perceptores por cada 100 perceptores.

Según el Indec, en septiembre (último mes comprendido en el trimestre analizado en materia de ingresos), una persona adulta necesitó $18.360 para cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y no ser indigente, y $41.493 para saldar la Canasta Básica Total (CBT) y no caer en la pobreza.

En tanto, una familia de tres integrantes (dos mujeres adultas y un joven de 18 años) necesitó en septiembre $45.165 para cubrir la CBA y $102.073 para saldar la CBT.

Un grupo familiar de cuatro integrantes (dos adultos y dos menores) requirió en el noveno mes del año $56.732 para no caer en la indigencia y $128.214 para no ser pobre. Por último, una familia de cinco integrantes (dos adultos y tres menores) necesitó en septiembre $59.669 para cubrir la CBA y $134.853 para saldar la CBT.

De estas cifras, se desprende que el ingreso promedio de los trabajadores argentinos en el periodo comprendido entre julio y septiembre alcanzó a satisfacer las necesidades indivuales de un adulto, pero no así las de un grupo familiar, siempre suponiendo que sea una sola persona la que trabaje.