Argentina es un país extraño, atravesado por una vorágine política y económica en la que una semana parece un mes. Tan solo pasaron siete días desde aquel lunes en el que, en medio de la disparada del dolar, el presidente Mauricio Macri le pidió autocrítica al Frente de Todos. Una semana más tarde el escenario es otro, con múltiples anuncios y cambios en el gabinete nacional como respuesta del Gobierno ante la derrota electoral.

En esta coyuntura, tres analistas económicos analizaron los desafíos que tiene la Argentina para el presente y el futuro, donde la relación con el Fondo Monetario Internacional, el valor del dolar y la forma de atender las demandas sociales -acrecentadas por la profundización de la crisis- serán claves.

Un limbo complicado

El economista Juan Carlos De Pablo aseguró hoy que quien asuma la presidencia el 10 de diciembre próximo «tendrá una agenda muy complicada» por lo problemas económicos que dejará el gobierno actual.

Asimismo, consideró que las medidas económicas recientemente anunciadas por el presidente Mauricio Macri pueden ayudar a contemplar «muy parcialmente» el impacto de la devaluación, pero solo hasta diciembre porque es el plazo que le pusieron.

De Pablo analizó que estas medidas no ayudarían al Presidente a mejorar su intención de votos hacia las elecciones generales del 27 de octubre próximo dado que no le van a cambiar la vida a los ciudadanos, sino que sólo son un paliativo pasajero.

«Estamos en un limbo complicado desde el punto de vista técnico. Hay un presidente en funciones cuyo poder es relativo y alguien (Alberto Fernández) que ve que no tiene por qué definirse.

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Así vamos a vivir hasta el 27 de octubre o hasta un eventual balotaje en noviembre», analizó De Pablo.

En declaraciones a radio Continental, el economista dijo el principal consejo que le daría a Alberto Fernández es que se junte con economistas de su confianza y les pida que mientras él está en campaña, ellos trabajen en un plan de contingencia para atender las urgencias por si gana las elecciones.

«La agenda de trabajo es muy complicada para el próximo gobierno», señaló el economista y en ese sentido le bajó las expectativas al impacto que puedan tener las medidas que anunció Macri para aliviar los bolsillos de los ciudadanos.

De Pablo aclaró que «no es fácil en contextos normales la implementación de las medidas económicas de Macri y menos en este momento» en el que la economía sigue entrampada en la incertidumbre y la volatilidad.

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«La gran discusión del FMI no es renegociar lo que ya nos prestaron sino ver si nos vana seguir prestando y a qué velocidad. Alberto Fernández va a tener que tener una buena afirmación para que el FMI nos preste más plata», dijo De Pablo.

Llega Lacunza y se prepara para recibir al Fondo

Por su parte, el economista y exdirector del Banco Central, Arnaldo Bocco, aseguró hoy que el flamante ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, «necesita demostrarle al Fondo Monetario Internacional que convalidó decisiones que fueron equivocadas».

«Los mercados están atentos a las medidas y a las políticas que tome Hernán Lacunza, quien tiene dos meses y medio de gestión. Creo que los mercados creyeron que iba a seguir Cambiemos y ahora se encontraron con la respuesta de la gente», dijo Bocco.

En ese sentido, consideró que «el gran desafío» de Lacunza es llevar «cierta tranquilidad sin demasiado sobresaltos» tanto al mercado financiero -para evitar una nueva corrida- como a la gente, para que no se incrementen las demandas sociales en las calles.

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«Lacunza es una persona reflexiva, viene del ejercicio público, sabe que se juegan la vida la Argentina y Cambiemos en ésto. Él necesita demostrarle al FMI que si la Argentina está en una situación crítica no es sólo un problema del Gobierno sino, también, del Fondo que convalidó algunas decisiones que fueron equivocadas con una campaña electoral que ayudó a financiar y tuvo consecuencias desastrosas», analizó el economista.

En declaraciones a Radio 10, el ex director del Banco Central evaluó que en cuanto a las provincias, algunas tienen un administración muy prolija, como San Juan, y otras están muy endeudadas, como Mendoza.

«Al dólar lo veo muy volátil y creo que la gente va a actuar de manera prudente. Que hayan salido depósitos de los bancos es una falta de confianza del Gobierno», dijo Bocco.

Ganadores y perdedores del modelo

El también economista Mariano Kestelboim se adelantó a diciembre y consideró que el próximo Gobierno deberá «tomar medidas muy fuertes, que afecten intereses de las empresas energéticas y del sector financiero».

Según Kestelboim, el país sufre «una de las cinco crisis más importantes del último medio siglo. Para mi es gravísima la situación. Me parece que no se termina de observar la realidad, porque el Indec, que ha tenido progresos admirables, sigue teniendo limitaciones».

Por caso, comentó que el Índice de Precios al Consumidor «no logra reflejar la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. No hablo de manipulación, sí de un problema de metodología. No puede ser que el poder adquistivo haya caído sólo el 10%, debe haber una caída del 30%. Lo mismo pasa con la pobreza, que va a estar mucho más arriba del 37% como se señala».

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Para el economista, quien asuma la Presidencia el 10 de diciembre próximo «tiene que priorizar el crecimiento económico y las mejoras sociales. En ese sentido, habrá que desatender el pago de intereses de deuda».

«Habrá que reestructurar la deuda con acreedores locales y extranjeros. No necesariamente de un modo forzoso, con un default. Pero es importante que se priorice a los sectores sociales que fueron muy afectados en estos años», añadió, en un reportaje publicado por la agencia Paco Urondo.

Por último, consideró que si Alberto Fernández gana las elecciones presidenciales, el ministro de Economía que lo acompañe «debe ser una persona moderada, no tener el perfil que tuvo Axel Kicillof, que era más confrontativo».

Para ese cargo, propuso a Matías Kulfas: «tiene la capacidad y la experiencia para serlo», resaltó.