Por Esteban Guida*

Las dudas respecto al modelo económico que está implementado en gobierno de Cambiemos se van despejando a medida que se publican las cifras oficiales de los principales indicadores económicos, sociales y laborales del país.

En general, éstos reflejan que se está profundizando un modelo cuyas características y definiciones políticas se observan con claridad ya desde 1860, y que se instauró institucionalmente desde la formación del estado moderno, en 1880.Se trata de consolidar una idea de país donde unos pocos acumulan la riqueza que produce el conjunto de la economía,atendiendo al deseo insaciable de obtener ganancias,comprometiendo la seriamente las posibilidades reales de que toda la comunidad pueda alcanzar un nivel mínimo deseable de bienestar.

A finales del último junio, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reanudó las publicaciones sobre la evolución de la distribución del ingreso en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH). Allí se informa sobre la evolución del coeficiente de Gini, indicador que refleja la distribución del ingreso de la población, en un momento dado.Cuanto más cercano a 1 se ubica el coeficiente, más desigual es el reparto del ingreso nacional; por el contrario, un coeficiente igual a cero corresponde al caso de “igualdad absoluta de todos los ingresos”.

En el segundo semestre de 2015, el coeficiente de Ginirelativo al ingreso per cápita familiar (el ingreso total familiar dividido por los miembros del hogar) se había ubicado en 0,410, el valor más bajo registrado desde la salida de la crisis en el año 2003 donde se alcanzaron picos de 0,534.Esta mejora en la distribución del ingreso fue, más allá de los éxitos y fracasos de las medidas aplicadas, el resultado de haber priorizado la distribución del ingreso entre los objetivos de política económica.

Después de tres trimestres sin información oficial por parte de INDEC, y con un amplio despliegue de políticas económicas de neto corte neoliberal, el coeficiente de Ginise vuelve a publicar en junio de este año, aportado datos desde el 2do.Trimestre de 2016, período en el queel indicador se ubicó en 0,427, luego de haber alcanzado un0,451 en el 2do. Trimestre de ese año. En el 1er. Trimestre de 2017, último dato oficial publicado, el coeficiente de Gini se ubicó en 0,437.

Yendo al detalle, en los primeros tres meses del año 2017, el décimo decil (10% de la población) en el que se ubican los individuos con mayores ingresos familiares per cápita, captó el 31,6% del volumen de ingresos a nivel nacional. En el otro extremo, el 40% de la población (decil 1 a 4) de menores ingresos(entre 0$ y $4.450)solamente recibió el 14% del total de los ingresos. Es de destacar que en este grupo, el ingreso promedio de cada miembro del hogar, se ubica en $2.647 mensuales, una cifra muy por debajo de la línea de indigencia.

La evolución según nivel de ingreso, describe con mayor crudeza la dinámica del fenómeno. En el año 2015, los primeros 4 decilesde población captaban el 24,1% del total de los ingresos, y el décimo, el 20,5%. Esto significa que en menos de dos años, las personas con ingresos familiares más bajos, perdieron 10 puntos porcentuales del total de ingresos, y que el 10% más rico (que gana más de $25.000), incrementó su riqueza en 11 puntos respecto al año 2015; esto es otra muestra de que la crisis de la que se habla, no está igualmente soportada por el conjunto de la población.

Visto en retrospectiva, la distribución del ingreso está en los niveles del año 2014 donde la devaluación provocó unasuba puntual en la desigualdad, para después seguir mejorando hasta alcanzar el mínimo en 2015. Ahora la tendencia es contraria y la desigualdad tiende a acentuarse.

De todas formas, no hace falta recurrir a las tan difamadas estadísticas del gobierno anterior para corroborar que la distribución del ingreso empeoró; el país ha retrocedido en la lucha contra la concentración económica y la desigualdad es un fenómeno que no parece menguar.

 

* Lic. Esteban Guida / [email protected]