Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires 

El economista del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas de Argentina, Alejandro López Mieres, dialogó con Conclusión respecto de la «letra chica» del acuerdo con los bonistas por la deuda externa y dejó en claro que la negociación se fue endureciendo en especial con el fondo Black Rock, que está presionando para arrancar concesiones, porque «Argentina será el mascarón de proa de una secuencia de negociaciones por la deuda», soberana y con bonistas privados.

Nada más ajustado a la metáfora, que de tan distante por conocimiento, ofrece como la seca de la moneda aprender en el cuero de los pueblos el resultado de acuerdos que se cargan sobre el lomo de los trabajadores, para «honrar las deudas».

López Mieres, consideró que no es necesario hacer arqueología sobre el tema para saber qué nos pasa, es decir, lo que estamos viviendo producto de los actos de gobierno, no obstante, señaló que hay cosas a tener en cuenta, los hechos se concatenan y más aún en el tema de deuda nacional sobre una herencia que ya es gravosa. Mauricio Macri nos dejó una deuda a 100 años.

En la misma línea, el especialista puso negro sobre blanco y apuntó al mecanismo, que durante la gestión de Cambiemos, «fue endeudamiento y fuga», y la relevancia del tema ya que se trata de «la gran bomba que nos dejó Macri, de allí que la prioridad antes de la pandemia de Alberto Fernández, sea el primer tema de agenda», explicó.

En el marco del análisis que compartió con este medio, el economista recordó que el FMI «como principal acreedor lanzó en el mes de febrero un salvavidas a la Argentina en términos de que es necesario un esquema de sustentabilidad de la deuda, ya que el país no podía pagar sus compromisos tal como lo había negociado». Por este motivo había que reestructurarla, y en los próximos 10 años teníamos que obtener una quita de 50 mil millones de dólares».

Además, refirió que el ministro de Economía, Martín Guzmán, negocia con acreedores del sector externo, pero esta semana se presentará un proyecto replicando la negociación internacional con los bonos de Argentina en dólares con ley local, que afectan 15 mil millones para después negociar los 44 mil millones con el FMI.

Los actores son poderosos, «hubo una presentación en abril que fue rechazado por los fondos de inversión, a pesar que hay intenciones de llegar a una resolución en el gobierno y en algunos fondos de inversión», apuntó López Mieres, quien precisó también quien son los principales acreedores.

«Dentro del paquete de deuda que se va a reestructurar, hay dos grandes universos, los bonos emitidos entre el 2005 y 2010 y los bonos M que son emitidos a partir de noviembre de 2016, que tienen estructuras muy distintas porque los bonos que se emitieron a partir de 2016, vienen con las cláusulas antibuitre, pasó la crisis de 2008, y hubo una presión del FMI y los organismos internacionales para que se agreguen estas cláusulas».

En este marco, las negociaciones se siguieron dando, pero Black Rock (el tercer país del mundo), puso condiciones leoninas para el canje, y Guzmán renovó la propuesta, sin embargo la «pelea no se acota a 2 mil o 3 mil millones de dólares sobre lo que es la propuesta económica, sino a las condiciones legales, porque Argentina será el mascarón de proa de una secuencia de restructuraciones soberanas producto de la crisis que estamos viviendo, y también privadas».

 

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