Washington comunicó durante la reciente visita de Trump al país su oposición a las centrales nucleares que la Argentina había acordado construir con la ayuda de Rusia y China. Con respecto a esto, el Gobierno de Estados Unidos comunicó su malestar al canciller Jorge Faurie y el asesor presidencial Fulvio Pompeo.

Luego, la Casa Rosada dejó en claro que ambos proyectos se daban por cancelados, con la excusa de la falta de fondos. Pero tanto los chinos como los rusos ofrecían un plan de financiamiento que recién se comenzaría a pagar cuando las plantas estuviesen operativas.

En mayo de este año, el Gobierno decidió postergar para más adelante el proyecto de construcción de la Central Atucha III que tenía previsto realizar con China. Pero la administación de Macri ratificó a la de Xi Jinping que se seguirá adelante con el proyecto de Atucha IV con tecnología exclusivamente china para iniciarse en el año 2022.

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Según informó el portal La Política Online en un artículo del periodista Fernando Heredia, “el anuncio de la construcción de Atucha III con capitales chinos era prácticamente un hecho, pero al llegar la comitiva estadounidense, pasó factura de su estratégico apoyo que permitió el nuevo acuerdo con el FMI y la administración de Macri se quedó sin margen para sostener el proyecto”. «Estados Unidos no quiere que firmemos nada al respecto», afirmó el medio, según fuentes.

Es que Washington no ve con buenos ojos ningún proyecto de infraestructura que sea financiado por Beijing o Moscú.

Aunque Macri dijo que «no tenemos que elegir entre China y Estados Unidos». El país quedó atrapado en la pelea por el liderazgo regional entre esta superpotencia y Estados Unidos.

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Este domingo en la Quinta de Olivos, en la reunión de Macri y Xi Jinping se mencionaron algunos proyectos en materia energética como la construcción de una planta licuofactora para exportar GNL (gas natural licuado), la promesa de la renovación del ferrocarril San Martín de cargas y el PPP del corredor de la ruta 5.

Como contrapartida, Trump ofreció una línea de créditos que se presume podría alcanzar los 800 millones de dólares, para invertir en infraestructura. Mediante la agencia gubernamental OPIC, se propone financiar parques eólicos y solares, el gasoducto Neuquén-Rosario y el PPP de la ruta 7, a cambio de permitir el ingreso de constructoras norteamericanas.