El filósofo y profesor de teología, José Arturo Quarracino señaló que “lo nacional es el gran enemigo que tiene el poder mundial porque es la resistencia, por eso tratan siempre de disolverlo”.

Durante una entrevista para el programa Aquí, Allá y en todas partes, conducido por Hugo López en Radio Síntesis de Conclusión, el pensador se refirió a lo que pasa cuando una sociedad pierde la fe y los ideales: “Históricamente, lo que podemos ver es que cuando se quería dominar a un pueblo, lo fundamental era, no tanto la victoria militar, sino la derrota cultural”.

“Consistía en derrumbar los puntos de referencia sobre los cuales se había asentado la comunidad, que en la antigüedad eran los templos, lugares sagrados y de refugio, porque todo perseguido, inocente o culpable, ahí se refugiaba y estaba protegido”, agregó.

Enseguida amplió: “Cuando se dinamitaba la fe, cuando se le quitaba a un pueblo, el punto de reunión, de unidad de ese pueblo, se destruía el templo y se levantaba otra cosa, y es ahí donde se empieza la dominación efectiva de una comunidad y esto en las últimas décadas lo estamos viendo”.

Más adelante, consideró que “este poder mundial financiero, especulativo y concentrador, la forma más efectiva que ha encontrado para dominar a los pueblos y hacer el saqueo que han hecho para concentrar riquezas ha sido combatir la fe religiosa y en particular el cristianismo católico que es la cuna desde la cual se erigió toda la civilización occidental”.

“Las comunidades están como disueltas y se imponen prácticas que son aberrantes donde el delincuente no es castigado, y ahora estamos asistiendo a ello en la Argentina, sobre todo desde que se aprobó esta funesta y siniestra ley del asesinato prenatal” advirtió.

Consultado acerca de qué mirada tiene al respecto en el país, Quarracino consideró: “En  nuestra América hispánica, después en Europa y también en Estados Unidos, lo nacional está muy imbricado con lo religioso, la patria, nuestra nación, fue desarrollada desde la fe cristiana, no se puede pensar que uno es argentino y repudiar lo cristiano, es como pegarse un tiro en el corazón”.

En otro punto, amplió su particular concepto acerca de cómo algunos filósofos aludían a Dios aun negándolo: “Nietzsche en su ateísmo estaba buscando a Dios, tanto es así que Martín Heidegger en algún texto lo define como un hombre ebrio de Dios. Y en varios de sus textos, Nietzsche dice que en la democracia moderna, la doctrina marxista, son formas de expresión cristianas porque viven de ideales, la igualdad de los hombres, el amor al prójimo, la lucha contra la injusticia.

Ante la consulta de por qué surgen los nacionalismos expuso que es “porque lo nacional viene del fondo de la historia, son identidades culturales, étnicas, raciales, espirituales y políticas”, para enseguida preguntarse y responder: “¿Y por qué el progresismo no prende?  Porque te impone formas nuevas pero no tiene fondo. ¿En qué cae? Que matar al hijo es un derecho, eso es troglodita, se preocupan por el cuidado del medio ambiente que es importante pero tiene que ser un derecho imponer el genocidio prenatal, como lo han hecho, y después se escandalizan porque los muertos de la pandemia”.

“¿Cómo se resuelve el hambre, la injusticia, la expulsión de grandes masas de personas en el mundo fuera de todo sistema? ¿Qué se les ocurre a estos genios? Una renta básica universal ¿Ah, y el trabajo? ¿De dónde va a salir ese salario básico universal? Son contrarrevolucionarios trogloditas, no son argentinos, son internacionalistas”, estimó.

Así, reflexionó que lo nacional es el gran enemigo que tiene el poder mundial porque es la resistencia, por eso tratan siempre de disolverlo. ¿Qué dice este poder desde hace un año y medio? ‘Quedate en casa, quedate tranquilo, no pensés, obedecé todo lo que te dicen, no pidas explicaciones, no te resistas y nosotros te vamos a mantener con una renta básica universal…’”

“Ya no pensamos en una gesta colectiva y lo llamativo es que esto que predica Klaus Schwab, el creador del Foro Mundial de Davos, es lo mismo que predica un dirigente piquetero, la renta básica universal… piensan igual”, juzgó.

Posteriormente, observó la historia reciente al manifestar que “gente que en la década del 70 era revolucionaria y que con la buena fe, por ejemplo, abrazó la lucha armada y se dio cuenta que no llegó a nada”.

“Ahí perdió la esperanza y le escuchamos decir ‘esto no cambia más’ y cuando lo que uno hace no sirve para nada se resigna, y se acepta lo que venga y es un poco lo que nos ha pasado en estas últimas décadas. La vida es lucha, y el tema es que cada derrota sirve para aprender”, finalizó.