La Multisectorial Paren de Fumigarnos de Santa Fe ha iniciado una serie de charlas y debates sobre la imperiosa necesidad de pensar una vida sin venenos. Dicho colectivo estará recorriendo distintas poblaciones santafesinas con la idea de generar un rebrote necesario de la conciencia de los pueblos. La convocatoria está abierta a las organizaciones sociales, políticas, gremios, colectivos culturales, asambleas barriales y sectoriales, con la amplitud necesaria que requiere una problemática que nos atraviesa como pueblo.

El estado del paquete de leyes presentado en la legislatura provincial será uno de los ejes por el cual girarán las exposiciones de distintos referentes del colectivo. Por otro lado, se estarán proyectando en conjunto las acciones a realizar en los próximos meses.

La modificación a la ley 11.273, que regula el uso de agrotóxicos en territorio provincial, ha sido materia de profundos debates en la Cámara de Diputados de la provincia. La legislación vigente tiene más de veinte años y es anterior a la incorporación de los transgénicos en el modelo productivo imperante que ha empujado de manera sistemática a la migración interna, y a fumigaciones que atentan ostensiblemente contra la calidad de vida.

Hace más de ocho meses que el proyecto modificatorio se encuentra “estancado”, sin dictamen alguno de la Comisión de Salud de la Cámara. Si bien esta normativa no resuelve el problema del modelo productivo de fondo, preservaría la salud de los más afectados y crearía zonas para desarrollar producciones sin venenos.

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En dicha comisión también se encuentra el proyecto de Ley de Silos, que obliga a erradicar de las zonas urbanas los silos de almacenamiento del cereal envenenado, importante fuente de contaminación de los vecinos de nuestros pueblos fumigados. También espera tratamiento y aprobación de la cámara de Diputados de la provincia la ley de Fomento a la Producción Agroecológica, destinada a promover la producción de alimentos sanos y otras maneras de relacionarse con la tierra, el aire y el agua.

La legislación vigente tiene más de veinte años y es anterior a la incorporación de los transgénicos en el modelo productivo

Es mucha la evidencia científica disponible que indica la nocividad del modelo productivo basado en el uso de químicos y transgénicos, (entre ellas se destaca la recategorización realizada por la Organización Mundial de la Salud en el año 2015, de los herbicidas glifosato y 2,4D como probables y posibles cancerígenos).

“Estamos convocando desde la Multisectorial a esta serie de asambleas por la vida, ya que el proyecto modificatorio de la ley 11.273 de agrotóxicos, estaría perdiendo estado parlamentario a fines de octubre por cuarta vez consecutiva”, le dijo a  Conclusión Mauricio Cornaglia, integrante del colectivo Paren de Fumigarnos.

Sobre el compromiso de los legisladores de la provincia de Santa Fe, fue tajante: “Consideramos que nos están tomando el pelo, la gran mayoría debe entender que son los responsables directos de permitir el uso del veneno que deteriora las condiciones de vida de los pueblos. Es por ello que decidimos organizarnos en distintos espacios para repensar estrategias de cara a octubre”.

Es muy evidente que prefieren seguir legislando para los agronegocios, las enfermedades, las malformaciones, los abortos espontáneos y la muerte. Nosotros decimos basta, el índice de enfermedades y fallecimientos ha crecido de manera exponencial. Tenemos pueblos con un índice de nacimientos prematuros alarmantes, estamos cansados de hablar y remarcar siempre lo mismo, es hora de frenar este avance”, enfatizó Cornaglia.

«Decimos basta, el índice de enfermedades y fallecimientos ha crecido de manera exponencial»

Carlos Manessi es uno de los pioneros en esto de visibilizar, resistir y combatir este modelo productivo allá por el 2006. “Han pasado más de diez años de la creación de Paren de Fumigarnos, en ese entonces eramos los únicos que hablábamos de esta problemática. Los primeros tiempos fueron muy difíciles, hasta que llegó el fallo de San Jorge, en este lugar una vecina denunció que su hija de 9 años fue fumigada, obteniendo a posterior un fallo judicial favorable”, afirmó Manessi.

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Debido al recurso de amparo presentado, el juez ordenó no fumigar a menos de 800 metros de las casas de los vecinos. Este sería un caso testigo para la provincia, detrás del mismo, las denuncias se multiplicarían por miles.

“A partir de esto se hizo visible el impacto que estaba teniendo el modelo agrario, sumado a que los vecinos comenzaron a denunciar. Hoy tenemos una catarata de quejas, es imposible dimensionar con palabras lo que estamos padeciendo, es por ello que no podemos quedarnos de brazos cruzados. Exigimos que los que se dicen representantes del pueblo, lo sean y legislen a favor del mismo y no de intereses concentrados”, sostuvo Manessi.

Por último, quién aportó su visión fue Luis Cuello, integrante de VACCA (Vecinos Autoconvocados Contra la Contaminación Agrotóxica): “La discusión es política, es imposible no profundizar este debate sin exponer la problemática de tierras, en qué manos están las mismas y quiénes son sus dueños. Considero que una pieza fundamental de esta lucha es lograr llegar a las escuelas para que sean las y los docentes los que expongan ante los más pequeños. Se pelea contra la médula productiva de un país, para cambiar su matriz y consolidar la agroecología, necesitamos tierras, sin ellas será imposible transformar la realidad”, concluyó.