Escala la tensión política en Santa Fe. El presidente de la Cámara de Diputados provincial y ex gobernador Miguel Lifschitz envió formalmente un pedido al Fiscal General, Jorge Baclini, para que convoque a declarar al actual ministro de Seguridad, Marcelo Saín, por dichos de éste que vincularon al socialismo con un escrache contra la casa del gobernador Omar Perotti en Rafaela.

En el documento enviado por Lifschitz se hace referencia declaraciones del ministro Saín a Radio 2, en las cuales sostuvo que “Miguel Lifschitz o Rubén Galassi tendrán que dar cuentas de qué hacían sus militantes ahí azuzando situaciones de violencia”.

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Esos hechos violentos tuvieron lugar el pasado jueves en la localidad de Rafaela, en el marco de una nutrida marcha realizada en reclamo de justicia por la muerte del joven Gonzalo Glaría, a raíz de diversos traumatismos sufridos al chocar contra un automóvil y ser golpeado por uno de dos hombres que perseguía en motocicleta, presuntamente luego de que éstos últimos efectuaran un robo.

Durante la movilización, mayormente pacífica, se reportaron daños a la sede de la Fiscalía de Rafaela y, por parte de un grupo reducido de manifestantes, quema de cubiertas y algunos disturbios frente a la casa del gobernador Omar Perotti.

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En el escrito presentado por el ex mandatario socialista se solicita a Baclini que «se sirva citar de inmediato a declarar al señor Saín para que aporte las pruebas que tenga en su poder acerca de los hechos, como así también sobre las falsas afirmaciones de mi relación con aquellos».

Además, el ex-mandatario provincial incita allí a enviar un oficio a la emisora rosarina del Grupo Televisión Litoral, para que remita la grabación de la entrevista realizada en el programa Radiópolis.

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El propio presidente de la Nación, Alberto Fernández, se había hecho eco del asunto el pasado sábado, a través de su cuenta de Twitter, para respaldar al gobernador de Santa Fe, quien asumió su cargo el día posterior al Jefe de Estado, justamente presente en la Asamblea Legislativa durante su asunción.

«No debemos tolerar a los violentos que insultan y escrachan, cualquiera sea la motivación que los impulsa a hacerlo. No puede haber más víctimas de la locura», había manifestado Fernández.