El concejal del Bloque Socialista, Federico Lifschitz, presentó este lunes un proyecto que busca terminar con la presencia de cuidacoches en la ciudad. La propuesta surge ante la posibilidad de que arribe a Rosario el Sindicato de Trabajadores de la Vía Pública (Stvp), que busca agrupar y organizar a las personas dedicadas a esta actividad.

«Hay que decir las cosas como son. ¿Qué sigue después de esto? ¿un sindicato de sicarios? ¿uno de narcos? Nosotros planteamos terminar con esta actividad que es informal en Rosario”, afirmó Lifschitz este lunes, en el marco de una conferencia convocada para dar detalles sobre su iniciativa.

Tal explicó el concejal oficialista, la idea se motorizó ante las noticias que dan cuenta de la posible llegada a la ciudad del Sindicato de Trabajadores de la Vía Pública, que días atrás debutó en La Plata nucleando a cuidacoches, artistas callejeros y limpiavidrios.

“Planteamos esto porque está en agenda nuevamente el desembarco de un gremio que busca institucionalizar una asociación ilícita; una actividad que es informal”, resaltó Lifschitz.

¿Qué propone?

El edil oficialista planteó en su proyecto una serie de medidas que tienen un espíritu expresado en reiteradas veces por integrantes del Concejo Municipal y el Ejecutivo local: en principio, limitar la presencia de cuidacoches en algunos lugares y después avanzar hacia la eliminación total de la actividad.

«Son numerosos los casos y las denuncias que nos llegan de hechos violentos, intimidatorios, no solo con conductores, sino también con vecinos y comerciantes de la ciudad. Entendemos que en este momento que atraviesa Rosario, es importante brindar una mejor seguridad a través de recuperar el orden y el control de la vía pública», apuntó.

Estos episodios violentos ya permitirían la intervención de las fuerzas de seguridad o de la Secretaría de Control municipal, pero el edil oficialista considera que el Concejo debe habilitar mayores herramientas para intervenir sobre esta temática. Por esto, su proyecto propone en una primera instancia establecer una «zona de exclusión», que contemplaría «sitios con estacionamiento medido, paseos comerciales, eventos masivos -como recitales y partidos de fútbol- y algunos edificios públicos».

La prohibición de la actividad de los cuidacoches en esos contextos -aclaró Lifschitz- sería solo el paso inicial para luego seguir avanzando y terminar con su presencia en la ciudad.

Para esto último, el concejal sostiene que la Municipalidad debe aplicar medidas progresivas y paulatinas, que además incluyan un relevamiento que identifique a aquellas personas que realizan dichas labores como único sustento de vida y no como una actividad extorsiva. En esos casos -dijo- «tiene que aparecer el Estado con todos los programas de capacitación para que puedan insertarse en el mercado formal».

El proyecto completo

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