El jefe de la banda denominada “Los Copitos”, Gabriel Nicolás Carrizo, quien se encuentra detenido al estar acusado de participar en la organización del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, tenía en su celular un mensaje en el que se afirmaba la voluntad de “matar al jefe de La Cámpora”, refiriéndose al actual diputado nacional Máximo Kirchner.

“Estamos pensando en matar al jefe de La Cámpora esta vez. Están llegando todos. Vamos a tener una reunión grupal”, es el mensaje que Carrizo le mandó a una persona agendada como ‘Jony White’, tan solo dos horas después del fallido ataque contra la ex jefa de Estado.

Por el atentado contra la vicepresidenta, el cual tuvo lugar el pasado jueves 1 de septiembre, hay cuatro detenidos: Fernando Sabag Montiel (quien intentó disparar el arma contra la funcionaria), renda Uliarte, Agustina Díaz y Nicolás Carrizo. Solo Carrizo está imputado en la investigación, mientras el resto permanece en el expediente en calidad de testigos.

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Según fuentes judiciales, el mensaje que apuntaba contra Máximo Kirchner salió del celular de Carrizo a las 23.40 del 1 de septiembre (es decir, después del atentado) y no sería el único que lo compromete en la causa en la que se investiga el intento de magnicidio.

El receptor del mensaje, ‘Jony White’, es una persona de estrecho vínculo con Carrizo cuya identidad se mantendrá reservada para no frustrar medidas de prueba en curso en la investigación.

Carrizo está detenido desde el miércoles pasado y se hizo conocido el 2 de septiembre cuando acompañó a Brenda “Ámbar” Uliarte durante una entrevista que le concedieron al noticiero televisivo de Telefe.

En aquella entrevista, Carrizo se presentó como el dueño de la máquina de hacer los copos de azúcar que vendían “Ámbar” y su novio, Fernando Sabag Montiel.

Los mensajes de WhatsApp conocidos este lunes no le habían sido exhibidos a Carrizo durante la indagatoria del viernes pasado, por lo que si la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo los consideran como elementos de prueba, se descuenta que dispondrán que se le amplíe la indagatoria.

Entre los mensajes que sí se le exhibieron, figura un diálogo con su hermanastra identificada como “Andrea”, a quien la misma noche del atentado fallido le dijo que el ataque debió haberse concretado en otra fecha y que él le había aportado a los agresores una pistola de un calibre diferente al que finalmente utilizaron.

Los mensajes de WhatsApp

El diálogo que llamó la atención de los investigadores y que ocurrió después del ataque -por el que están procesados el agresor Fernando Sabag Montiel y su novia Brenda Uliarte- fue el siguiente:

– Nicolás Gabriel Carrizo: Andrea, el arma es mía.

– Andrea: No está a tu nombre Gaby.

– Carrizo: No, pero aparecen mis huellas.

– Andrea: Gaby no quedan tus huellas. No te comas la cabeza. Tiene la huella del otro chabón.

–Carrizo: Esto estaba planificado para dentro de una semana. Hizo todo mal. Es un pelotudo. Estamos decididos a matarla a la puta esa.

–Andrea: Pensá en tu hermano Gaby.

–Carrizo: Cristina tiene miedo, salió mal pero tiene miedo.

–Andrea: Pensá en Facu.

–Carrizo: Mi amigo estuvo a un segundo de convertirse en héroe nacional Andrea… Estuvo muy cercaaa. Falló el arma. No lo entiendo, andaba bien.

Horas más tarde, Carrizo le mandó otro mensaje a la misma persona.

–Carrizo: Mira no sé si es una buena noticia pero el arma con la que intentó ponerla no es la mía, yo le di un 22 corto… recién hablé con la novia y la tiene ella así que mañana la vamos a ocultar y vamos a ir a Crónica a hablar.

En ese diálogo “Andrea” le habría sugerido que diera una entrevista televisiva como finalmente hizo.

Declaraciones de Carrizo

Cuando la jueza Capuchetti le preguntó en la indagatoria por esa secuencia de mensajes, Carrizo intentó hacerlos pasar por una persona de su familia. “Acá es donde le quiero explicar para sacar malos entendidos. Le estaba haciendo una joda a mi hermanastra, voy a parecer un gil, le estaba haciendo creer que era parte de esto, no fue real”, afirmó ante una pregunta que le hizo la jueza María Eugenia Capuchetti.

“No estaba vinculado con Brenda ni con ‘Nando’ y ahora entiendo porque estuve en el calabozo, por esa mierda que dije, les juro que fue mentira. Me la mandé con hacer esa joda, yo siempre jodo así. Yo les quiero decir que, si voy preso por una pelotudez, es que yo me pegó un tiro, yo nunca pensé que esto iba a terminar vinculándome”, continuó hasta romper en llanto.

“Yo se lo juro por Dios, yo lo que quería hacerles creer a Andrea y a mi hermanastro era que esto era un plan, con fines de joder, hacer show, no era en serio, no existe esa arma, no hay nada. Investiguen, fíjense, yo nunca estuve cerca ni de la casa de Cristina. Vine acá con los celulares, yo no tuve nada que ver”, agregó.

Una hipótesis que manejan los investigadores es que el arma a la que se hace referencia en los intercambios de WhatsApp realmente existió y que Carrizo, junto con Uliarte, se encargaron de descartarla el día posterior al ataque cuando se encontraron y comenzaron un periplo que terminaría en la entrevista televisiva.

Fuentes de la investigación confirmaron a Télam, además, que de la información incorporada al expediente surge que Sabag Montiel y Uliarte habían compartido información sobre otra pistola, una que pareciera ser calibre 9 milímetros.

Los mismos voceros aseveraron que del teléfono de Carrizo surgen otras conversaciones y participaciones en grupos de WhatsApp con mensajes que podrían estar vinculados al ataque contra la vicepresidenta y con planes de atacar a otros dirigentes políticos.

En su indagatoria Carrizo aseguró que trataba a Sabag Montiel (“Nando”) y a Uliarte hace pocos meses, que los conoció en una fiesta que él mismo organizó y que luego le ofreció trabajo a él en su grupo de vendedores de copos de nieve: fue allí que explicó que les cobraba una suerte de canon y los proveía de los insumos y elementos para la venta.

El último fin de semana, la jueza Capuchetti le rechazó la excarcelación a Carrizo tras considerar que su libertad podría representar un riesgo para la investigación, a la vez que le solicitó a la Policía de Seguridad Aeroportuaria “que arbitre los medios necesarios a los efectos de que se le brinde apoyo psicológico como así también que se extremen los recaudos a los efectos de salvaguardar su integridad física”.