Investigador principal de la Universidad de Lisboa (Portugal) y de visita a la Argentina, el politólogo Andrés Malamud conversa en exclusiva con Conclusión sobre el próximo proceso electoral argentino.

El presidente Mauricio Macri ha criticado abiertamente a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso) y ha dejado trascender que estaría más cómodo con un régimen de votación legislativa cada cuatro años, “tenemos que sentarnos en las tantas reformas que tenemos que hacer para la Argentina del futuro e ir a un sistema donde tengamos elecciones cada cuatro años”, remarcó el mandatario.

Consultado sobre la ingeniería electoral de las Paso, Andrés Malamud advierte que es un procedimiento con ventajas y desventajas. “Una de las principales ventajas de las PASO es que redujo la oferta disponible en la mesa de votación, muchos se olvidaron pero antes de las PASO había 15 listas para presidente, después de las PASO quedaron sólo 6”, subraya.

Para el influyente catedrático argentino, “las Paso fueron útiles para crear Cambiemos, sin PASO ¿cómo hacía la UCR y la Coalición Cívica para juntarse con el PRO sin perder la dignidad?” y añade, “se juntaron y fueron a internas, aunque después sacaron poco”.

Sin embargo, en medio de las críticas de Macri, una organización salió a juntar firmas para derogar el sistema de PASO electoral. Se trata de “change” que por medio de una plataforma web juntó 17 mil firmas para derogar el mecanismo de elección interna de partidos. Para esta institución “las PASO no se utilizan con los fines para los que fueron creadas”. Esto abre el interrogante sobre la disciplina partidaria al interior de los sellos políticos y la práctica que desarrollan los dirigentes que se dirimen en las primarias, como también el comportamiento de sus electores. Para Malamud, “no hay garantías de que todos los que participan de las PASO en un partido, si gana el candidato que no prefirieron mantengan su apoyo al otro candidato”.

En otro orden de las cosas, el politólogo reflexiona sobre la genealogía del partido del presidente, “Cambiemos es el único partido que presenta la etiqueta en 23 distritos, menos la capital”, y polemiza “el único partido nacional en Argentina es el que tiene el presidente, ¡siempre!”, en referencia a Cambiemos pero también a la existencia del Frente Para la Victoria durante los 12 años de gobiernos kirchneristas.

 

Equilibrios de poder

En materia de equilibrios de poder, el peso de los gobernadores se hace sentir. Para el docente y ex asesor del Congreso, “la política argentina está funcionando como una coalición de los que gobiernan. El presidente y los gobernadores gobiernan, los dos grupos necesitan lo mismo: estabilidad y recursos, y se los tienen que distribuir entre ellos”.

No obstante señala, “este es el gobierno más minoritario de la historia tiene menos del 20% de los Senadores y alrededor de 30% de los diputados”. Lo que explica también la impotencia del gobierno de poder llegar a reformar los principales cimientos estructurales del país, entre ellos la constitución, la última frontera para modificar el proceso electoral argentino. Las reformas sugeridas por Macri deberían tener números reales en el Congreso, cifras que hoy están lejos de ser avizoradas incluso por las encuestadoras más adictas a la Casa Rosada.

El gabinete presidencial parece estar pasando por nuevos equilibrios y estrategias. La salida de Carlos Melconian en Banco Nación, de Alfonso Prat-Gay en Hacienda, de Susana Malcorra en Cancillería, y de Néstor Baliño en Salud confirman que algo está sucediendo en la frontera política del presidente. Para Malamud, “el gobierno decidió homogeneizarse (…) Macri en principio se juntó con quienes lo enfrentaron: Lilita y Sanz, a quien se le ofreció un ministerio (…) ahora deciden un cambio de estrategia, que el equipo es mejor si es homogéneo que si es de rivales”. En ese puñado de “puros” están Marcos Peña (Jefe de Gabinete), Rogelio Frigerio (Ministro del Interior), Horacio Rodríguez Larreta (Jefe de la Ciudad) y María Eugenia Vidal (gobernadora de Buenos Aires).

El gobierno apuesta a jugar fuerte porque sabe que se plebiscita gran parte de su capital político en las próximas elecciones. Si gana, allanará el camino para terminar su mandato con “normalidad democrática” para 2019, pero otros escenarios son posibles. “Si pierde el gobierno en la provincia de Buenos Aires, va a haber muchas turbulencias y el gobierno deberá rescostarse sobre los gobernadores peronistas”, especula Malamud.

El próximo domingo 13 de agosto se eligen las internas de las coaliciones partidarias que llevarán a los próximos legisladores al Congreso y los Concejos municipales. La apatía del gobierno con el proceso electoral imprime a la participación electoral un bajo interés por acercarse a las urnas, después de todo las PASO no sirven, ¿no?

*Analista político, director de www.CEIEP.org