El reproche es recurrente en los pasillos legislativos. «La Nación no manda plata a las provincias y la obra pública está parada», es la queja de los legisladores, sean oficialistas u opositores. El malestar, que se evidencia en la creciente tensión con el peronismo en el Congreso, tiene su correlato con los datos fríos de la ejecución presupuestaria: allí se demuestra que durante el primer trimestre de este año la Nación giró a las provincias un tercio menos de fondos no automáticos (por fuera de la coparticipación) que en el mismo lapso de 2015.

Ésta es una de las conclusiones del último informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), elaborado por Ariel Barraud y Gonzalo Torres, donde se detalla que en los primeros tres meses del año el gobierno de Mauricio Macri giró 8614 millones de pesos a las provincias en concepto de transferencias de capital, un 32,6% menos que en el mismo trimestre de 2015.

Las transferencias de capital abarcan, principalmente, los fondos destinados a obras públicas que se realizan por convenios con las provincias, es decir, van por fuera de los recursos automáticos que las provincias reciben por coparticipación federal.

Sin embargo, los fondos enviados en concepto de coparticipación han tenido un notable crecimiento en las jurisdicciones de CABA, Córdoba y San Luis. En el caso de Córdoba y San Luis este crecimiento es explicado por la devolución del 15% de la pre-coparticipación. Por su parte, el crecimiento en CABA se debe fundamentalmente a la necesidad de solventar el traspaso de la Policía Federal a la ciudad, decidida a comienzos de este año.

Fuente: Laura Serra para La Nación