En la antesala a la reunificación de la CGT, con la elección de un triunvirato presidido por los dirigentes Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, el humor de las distintas representaciones sindicales no es tenso pero dista mucho de ser tranquilo. Es que el Congreso convocado para normalizar la CGT está precedido con cierto nerviosismo, percibido en las charlas que tienen los delegados que instituirán la nueva conducción a través de su voto.

Una importante cantidad de micros aguardaban para trasladarse al Congreso normalizador y por estas horas está presente la posición asumida públicamente por el Movimiento de Acción Sindical Argentino (Masa) y la impugnación legal de Gerónimo “Momo” Venegas. Los sindicatos que tienen su representación nacional en el microcentro porteño aún no se movilizaron. Fuentes ligadas a Azopardo adelantaron a Conclusión que el «tema viene lento pero seguramente el 80% de los gremios quedará representado por la nueva conducción».

El estadio de Obras Sanitarias ofrece un marco imponente. Numerosas delegaciones de los gremios que participarán del Congreso normalizador rodean la instalaciones del edificio con bombos, pancartas y cánticos en favor de la unidad del movimiento obrero. Hay un fuerte dispositivo de seguridad en las inmediaciones y en el interior de predio.

Luego de una extensa espera, comenzó el Congreso: hubo minuto de silencio por Perón y Evita, mártires del movimiento obrero en defensa de los trabajadores. Y subieron al estrado Antonio Caló, de la UOM; Hugo Moyano, de la CGT; y Luis Barrionuevo, de Gastronómicos.

En diálogo con Conclusión, el jefe de la Uocra a nivel nacional, Gerardo Martínez, señaló que «las cabezas que representan los distintos sectores, que estábamos divididos, hoy están aquí. Demuestra la unidad y la voluntad por seguir representando a los trabajadores. Estamos preocupados por las políticas laborales, por el incremento de la pobreza y la desocupación, que no se atiendan las cuestiones de inflación. Son parte de los planteos centrales que tendrá la CGT».

«Tenemos la vocación de trabajar sobre el consenso para la unidad: la CGT debe ser la voz y expresión de los trabajadores tanto ocupados como desocupados. Queremos trabajar sobre la política de empleo, defender la industria nacional, el mercado interno y el desarrollo productivo. Coincidimos en que había que hacer un sinceramiento macroeconómico, pero no arrinconando el poder adquisitivo de nuestros trabajadores. Hay que apostar al diálogo, a la concertación y habilitad ese camino para llegar a un entendimiento en defensa de la cultura del trabajo», terminó Martínez.