Sacerdotes de villas y barrios populares pidieron este sábado que, al celebrarse el 207 aniversario de la Declaración de la Independencia, «no se olviden de los pobres», advirtieron que los derechos humanos «son ineludiblemente derechos sociales» y remarcaron que la democracia «no debe dejar a nadie afuera, debe incorporar a todos«, especialmente «a los rotos, hacerles lugar«.

«Para abordar la pobreza multidimensional hay que profundizar estos caminos: techo, tierra, trabajo y reconstrucción de la comunidad», afirmaron los sacerdotes en un documento en el que remarcaron que este año «celebramos agradecidos los 40 años del retorno de la democracia, y volvemos a decir Nunca más a su interrupción«.

En el texto, manifestaron que «otra vez» el pueblo argentino «debe volver a saber que es posible alcanzar una tierra para trabajar, para construir un techo y así cuidar de una familia» y «debe redescubrir el camino de la educación como la mejor política de seguridad».

«Debemos recuperar el cuidado de las infancias, respetar a los abuelos y abuelas, cuidándolos, y aprendiendo de su sabiduría de vida», afirmaron los sacerdotes y señalaron que «el lazo social que se rompe en las crisis no se recupera automáticamente en tiempos de bonanza económica«, por lo que «urge consolidar y profundizar los programas de cuidado, que organizan la comunidad para la reconstrucción del tejido social».

Afirmaron que «la principal herramienta de transformación que tiene el que gobierna es el Estado» y dijeron que «en las villas o barrios populares necesitamos de una presencia inteligente del Estado, de un Estado emprendedor, pero sobre todo de un Estado que entre en la lógica del cuidado de los más frágiles».

«Es verdad que hay algunas políticas que se vienen enfocando en este sentido, como las vinculadas a la integración socio-urbana de los barrios populares o los programas de abordaje comunitario de las personas que padecen adicciones, pero entendemos que resultan insuficientes», expresaron los sacerdotes y destacaron que «la pobreza no es solo escasez de recursos materiales».

Además, expresaron que «muchas veces vemos a las dirigencias de diversos ámbitos desconectadas de la vida concreta de las mayorías, envueltas en internismos, buscando ocupar espacios de poder» y sostuvieron que «no abundan las propuestas concretas que expresen vocación de transformar, de imaginar un sueño que ayude a poner de pie y caminar tras de él».

«Las y los más pobres se volvieron casi invisibles para la agenda política y mediática, cuando no son objeto de declaraciones insensibles que denotan violencia y aporofobia», advirtieron.

Y manifestaron que «valoramos profundamente la vocación política, la política como servicio, que abre cauces nuevos para que el pueblo se organice y se exprese» y dijeron que se trata de «una política no solo para el pueblo sino con el pueblo, arraigada en sus comunidades, y en sus valores, también los religiosos».

«Los derechos humanos hoy son ineludiblemente derechos sociales», remarcaron los sacerdotes en el documento y afirmaron que «la democracia no debe dejar a nadie afuera, debe incorporar a todos, especialmente a los rotos, hacerles lugar».

Asimismo, indicaron que cuatro décadas después de la recuperación de la democracia «constatamos que algunos de esos sueños siguen pendientes y es oportuno recordarlos» y dijeron que «hoy vemos que la brecha con los últimos se agranda».

«Hay al menos 40% de pobres, la mitad de los trabajadores sin derechos, precariedad en el acceso a la vivienda. Hay barrios enteros donde sus vecinos resisten como pueden al narcotráfico, que amenaza llevarse su tesoro más preciado, sus hijos e hijas adolescentes», mencionaron.

Además, expresaron que «hay miles de personas viviendo en la calle, y sabemos bien que la calle no es un lugar para vivir» y señalaron que «se respira un ambiente de resignación, de conformismo, como que esto es así y no se puede cambiar, o tal vez lo que es peor aún, la aceptación de la idea de que algunos nacieron con más derechos que otros».

«En definitiva en este tiempo electoral el resumen de lo que queremos expresar es: No se olviden de las y los pobres», finaliza el documento que lleva la firmas entre otors de los sacerdotes Gustavo Carrara, José María Di Paola, Ignacio Bagattini, Agustín López Solari, Pedro Cannavó, Federico Ortega, Lorenzo de Vedia, Facundo Ribeiro, Ramiro Terrones, Martín Carroza. y Sebastián Sury.