El diputado massista Felipe Solá trazó un panorama negativo de los primeros cien días de gestión de Mauricio Macri al frente del Poder Ejecutivo nacional, y señaló que a partir de su asunción, el 10 de diciembre, para mucha gente «empezó una terrible lucha por la vida».

«A partir del 10 de diciembre, para mucha gente hubo un alivio en cuanto al ambiente, que se sentía oprimida por el ambiente que se había creado, y para otra empezó una terrible lucha por la vida. Macri mantuvo la brecha más en términos económicos que en lo político», dijo Solá.

En declaraciones a Radio del Plata, el diputado del interbloque federal Unidos por una Nueva Argentina (UNA) sostuvo que «es un error decir que el kirchnerismo tiene que hacer una autocrítica», porque en realidad es «el peronismo» el que «tiene que cambiar para que el futuro no se lo lleve por delante».

«Macri recién ahora se está acordando de la gente que consume pero hay un daño que no sé si se va a poder reparar», analizó el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires (2002-2007) y sostuvo que «han pasado 100 días» en los que cuales «hay dos cosas que a la gente la alarman: la inflación en los alimentos y en la energía, y la inseguridad».

«La aparición de lo de La Rosadita (un video difundido en el que aparece Martín Báez, hijo del empresario Lázaro Báez, contando fajos de dólares y euros en una financiera) está impulsada por algunos medios aunque tenés una base cierta», aseveró Solá.

Dijo que «ahora aparecen las declaraciones de Elaskar (Federico, financista) que crea la sensación de que hay una deuda pendiente de la Justicia en esos temas de robo y lavado».

En relación con su ausenta a la votación de la ley que habilita el pago de la deuda a los fondos buitre, Solá dijo que Massa le pidió a la bancada que no se abstuviera sino que directamente quienes tenían pensado abstenerse o votar en contra no estuvieran presentes.

«Fue una decisión hablada con el bloque», aseveró Solá y agregó: «No hubiéramos votado en contra, sino que nos hubiéramos abstenido. Mi razón era que me parecía muy mal que el Congreso se juntara apurado por la presión del ejecutivo que había hecho un arreglo a las apurada con los holdouts, un arreglo muy inferior al del 2005 y 2010».

Señaló que los acuerdos con los buitres «eran necesarios pero la solución es pésima porque negociaron mal».