Por Julio Blanck – Diario Clarín

Parece increíble pero es real. En la Casa Rosada ayer hubo gente enojada porque el fiscal Federico Delgado resolvió impulsar una investigación para definir si el presidente Mauricio Macri cometió el delito de “omisión maliciosa” al no haber declarado hace siete años que formaba parte del directorio de una empresa creada por su padre y registrada en el refugio fiscal de Bahamas. Ese enojo no determinó la actitud pública del Gobierno, pero era difícil de sostener ante apenas un puñado de preguntas.

¿Qué querían que hiciera el fiscal?

¿Con el discurso de independencia judicial de Macri y los avances cotidianos sobre la corrupción K acaso podía descartar en trámite sumarísimo la denuncia de un diputado kirchnerista?

¿La inexistencia de delito por parte de Macri -que alega el Gobierno- no sería más sólida si la Justicia lo certifica?

¿No hay familiaridad entre la decisión del fiscal y el pedido que el Presidente hizo el martes a la Oficina Anticorrupción, pidiéndole opinión sobre su participación honoraria en aquella sociedad familiar?

Desde que el domingo se difundieron los primeros resultados de la investigación periodística global denominada Panamá Papers, donde aparece la mención a Macri, el Gobierno entró en un estado de conmoción. El grado de afectación no fue uniforme, pero abarcó a todos. Incluso, y con mucha fuerza, a las principales figuras del macrismo fuera de la Casa Rosada, con responsabilidades de gobierno o legislativas.

Los tribunales no dejan de ser un frente conflictivo para el Gobierno. La esperada renuncia del incombustible juez Norberto Oyarbide, que sobrevivió a todos los escándalos, desató ayer otro relámpago de furia de Elisa Carrió. La diputada que se anima a marcarle la cancha a Macri había denunciado que ese retiro casi honorable, eludiendo la condena del juicio político, era la sustancia del pacto al que había llegado Oyarbide con Daniel Angelici, presidente de Boca Juniors y señalado por Carrió como operador judicial en las sombras en nombre del Presidente.