Por Alejandro Maidana
“Construir esperanza en el mismo infierno” es el lema de una cooperativa que nació en el encierro y busca expandir sus sueños de libertad. Almacén, carpintería, rotisería, una huerta con un invernáculo del INTA, producción orgánica sin agrotóxicos, apicultura e incluso una diplomatura en “Autogestión en contextos de encierro” forman la cartera de ofertas de una organización que busca trascender los muros carcelarios. La cárcel de Batán hoy muestra como el cooperativismo, puede transformarse en un salvoconducto para tiempos aciagos, eso que solo puede brindarte el deshumanizante encierro.
Liberté está compuesta por 81 voluntarios y voluntarias, de los cuales 20 son socios fundadores, destacando que la misma había nacido hace más de siete años con sólo dos personas. “Esto arranca con la autogestión, que es el camino previo al cooperativismo al menos dentro de la cárcel o el infierno, que son las dos palabras que utilizo. Comenzamos con la autogestión para darle una respuesta a las cosas que el estado no resuelve, por ejemplo, la vestimenta, una comida que sea comible, pero siempre persiguiendo la dignidad y los derechos humanos”, sostuvo Xavier Aguirreal en diálogo con el programa Catalejo que se emite a través de Conclusión TV.
Quién también compartió su experiencia sobre el armado y permanente transformación de la Cooperativa Liberté, fue Carlos Totaro, quién sobre los beneficios de esta construcción colectiva deslizó que “las tareas en Liberté son múltiples, contamos con una carpintería, una herrería, huerta orgánica sin agrotóxicos y un apiario de 20 colmenas. También contamos con un lugar de integración que tiene una cancha de fútbol, allí hacemos la integración de todos los compañeros que van ingresando. Nosotros tenemos la política de abrirles las puertas a todos los pabellones, no solo a aquellos que integran Liberté, tenemos distintos talleres, acompañamientos en adicciones, terapias de salud mental y cursos de educación para la paz entre muchas otras”.
Un proyecto de ley para garantizar uno de los tantos derechos vulnerados, el acceso al trabajo
Xavier “Pampa” Aguirreal durante la charla con este medio se preguntó una y otra vez ¿Cómo quiere la gente que vuelva al barrio quién estuvo preso? ¿Cómo un vecino más o alguien que va a reincidir en el delito? Para volver a ser un vecino más, necesitamos dignidad en el encierro y una salida laboral que nos garantice el transitar en libertad, por ello insistimos con el cooperativismo. A la importancia de avanzar y potenciar esto último, se le sumo un proyecto de ley para generar un cupo laboral en el Estado para personas privadas de su libertad e impulsar incentivos para empresas privadas.
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Con la meta de generar puestos de trabajo remoto en el Estado, o en empresas privadas que les generen vínculos laborales dentro y una vez liberados, presentaron desde la cárcel de Batán esta emancipadora propuesta. La autora el proyecto, estuvo con presos de la cárcel de Batán en el espacio cooperativo Liberté para analizar y socializar la propuesta. La Dra. Laura Andino movilizada por la problemática de las y los presos, que al salir en libertad se encuentran frente a una realidad muy distante desde su ingreso a la cárcel, donde no logran al momento de su salida ubicar cobijo alguno en aspectos laborales por lo cual pudieran mantenerse en una independencia económica decidió trabajar, junto a Xavier “pampa” Aguirreal sobre un proyecto de ley laboral para dar un vuelco en la historia.
Laura Andino, quien días atrás se acercó a las entrañas mismas de la cárcel, Unidad 15 de Batán, y compartiera un sencillo almuerzo con presos bajo un deteriorado e improvisado toldo que sirviera para aplacar el impacto del sol a esas horas del mediodía, se dirigió a ellos con la intención de poner en conocimiento sobre el proyecto laboral. El mismo fue recibido con beneplácito por quienes se encontraban en el espacio perteneciente a la Cooperativa Liberté, sembrando una cuota de esperanza en materia de reinserción laboral (social para quienes hoy se encuentran tras las rejas).
“El proyecto sostiene que aquellos que fueran contratados por el Estado Nacional, realizarán su trabajo sin diferencias de ningún tipo. Las y los presos que tengan acceso a este empleo, pasarán a pertenecer a la órbita estatal nacional con un contrato de tres años, recibiendo los mismos beneficios de contratados que no se encuentren privados de su libertad y dignidad. Destacando que la ley contempla beneficios tributarios para las empresas privadas que quieran contratar con la misma modalidad”, indicaron tanto Andino como Aguirreal.
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El teletrabajo ha sido uno de los temas más destacados en el contexto del coronavirus, ya que muchas empresas como así también el estado, han pedido a sus empleados que trabajen desde sus hogares, por lo cual no hay impedimento para que los presos puedan hacerlo desde la cárcel. En el transcurso del mensaje tanto Andino como Aguirreal coincidieron en que es momento de difundir los propósitos de la ley basamentados en lograr un cambio profundo de un sistema perverso sobre las y los presos, que a la posteridad repercute socialmente. Para ello se deben dar oportunidades de capacitación para preparar la salida de la cárcel, y la ley es una de las herramientas a emplear, pero para que el propósito se logre, debe conocerse el real interés de esta ley que es el beneficio no de algunos, sino de todo el eje social.
“La ley debe ser entendida en todo su contexto desde su difusión para ser aprobada no a ciegas sino bajo un estado de real comprensión de lo beneficiosa que resultará socialmente hablando. Por ello esperamos una pronta aprobación de la misma, concluyeron tanto Andino como Aguirreal. Sin duda alguna este proyecto de ley intentará brindar esas respuestas que el sistema penitenciario, apadrinado por el Estado, no puede dar. Una salida constitucional y con profundo anclaje en derechos humanos básicos, que busca allanar el camino para construir una sociedad en donde la felicidad sea patrimonio de todos, y no solamente de unos pocos. Es por acá.
