Semanas atrás, la precandidata a presidenta por la Coalición Cívica (CC), Elisa Carrió, anunció que su fuerza no integrará el “frente de frentes” -la coalición que formaron en Santa Fe el PRO, el radicalismo y el socialismo para enfrentar al peronismo de Omar Perotti- y denunció que hay “complicidades” de dirigentes locales opositores con sectores del narcotráfico y del lavado de dinero.

“Yo no puedo recorrer y avalar frente de frentes donde sé que hay muchas personas vinculadas al narcotráfico, hay personas que entran a las cárceles, que han fracasado en esa lucha, y no creo que esta sea la salida para la provincia. Es muy difícil estar en el frente de frentes en estas condiciones”, dijo Carrió en un video publicado el pasado 18 de marzo en su perfil de Facebook.

La acusación de Carrió generó fracturas en el interior de la CC: mientras la diputada nacional por Santa Fe, Carolina Castets, renunció al bloque por desavenencias con la líder del espacio, y decidió formar un monobloque, al que denominó “Valores Republicanos”, otra legisladora santafesina, Lucila Lehmann, tanteó en los últimos días a referentes de otras fuerzas, con el objetivo de conformar alianzas electorales.

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En representación de la CC, Lehmann y Maximiliano Ferraro –el presidente del partido a nivel nacional– se reunieron con el intendente de Rosario, Pablo Javkin.

Ante la negativa de que Javkin se haga un lado del “Frente de Frentes” para unirse a la CC, Lehmann tanteó un acuerdo con la diputada santafesina Amalia Granata, quien viene de cerrar un acuerdo con Javier Mieli y buscará renovar su banca en la Legislatura provincial dentro del partido libertario.

Sin embargo, la Coalición Cívica aspira a conseguir al menos un lugar en esta lista, para contar con algún representante en la Cámara de Diputados de Santa Fe.