Por Aldo Battisacco – Enviado especial a Buenos Aires
El economista Juan Valerdi, abordó, en diálogo con Conclusión, el contexto económico y financiero, la especulación con el dólar, el condicionamiento a los salarios, los formadores de precios, el bolsillo de los argentinos y de un gobierno que se autopercibe sin poder para confrontar con los formadores de precios y el poder financiero.
Valerdi llamó a distinguir entre los discursos que proliferan en distintos medios, cuando se categorizan algunos actores de la economía como los exportadores, al referir que hay cierta confusión cuando se «toma al campo como un conjunto» y a los exportadores, se «mezcla» a las cinco grandes firmas que manejan la exportación de granos del mundo con los que son pequeños acopiadores o cooperativas».
Glencore
En realidad los grandes exportadores son Glencore, Cofco, Cargil, y otros que manejan la exportación. El resto retienen el grano tanto por su capacidad física o porque se lo dieron al exportador y no quieren liquidarlo. Entonces no hay fijación de precio, por lo tanto los exportadores no tienen derecho a venderlo». «No tengo dudas que los grandes hablaron con el Gobierno y le pusieron como condición que bajara las retenciones, que parece poco, ya que en el caso de la soja es 3%, pero estas grandes firmas mundiales de exportación los volúmenes son monstruosos y los márgenes son relativamente pequeños, de tal el 2 o 3 por ciento con lo cual le duplicaste el margen de ganancia».
También Valerdi advirtió que no se «trata de los 6 mil millones que se habló sino de mil o dos mil millones», y lo peor «es que el gobierno accedió a la extorsión de bajarle la retenciones, pero los exportadores de todos modos hubieran liquidado esas exportaciones, tal vez en vez de hacerlo en octubre lo hubieran hecho en noviembre o diciembre».
La reservas contables del Banco Central, incluyen el swap con China que «es más parecido a una cuenta corriente en descubierto que nos da China, oro y otras que se pueden realizar, pero también lo dólares que pones poner sobre la mesa cuando te empiezan a demandar los 200 dólares u otras cosas relacionadas con el dólar», especificó el especialista.
No hay ningún economista que diga que el tipo de cambio oficial está atrasado.
Por otro lado, respecto de la cotidianidad de los argentinos el analista explicó que «un alza del dólar oficial implicaría un incremento de los alimentos, inexorablemente». En relación al precio del dólar oficial precisó que «no hay economista que diga que el tipo de cambio está atrasado, esto no ocurre».
Para el economista, el principal escollo que se le presenta al gobierno en lo inmediato es «como se le hace la cabeza a la gente cuando se informa permanentemente el movimiento de dólares no oficiales y sobre gente que toma decisiones, que fija precio sobre su mercaderías u otros que dudan cómo componer su canasta de ahorro». «Por eso no podés desde el Banco Central decir que el dólar blue lo manejan narcotraficantes, o traficantes de armas, y al mismo tiempo dejar que la gente vaya a todas la cuevas».
Unilever
Por otro lado, consultado sobre las razones que explican que en poco tiempo suba el precio de los alimentos, Valerdi respondió que «los formadores de precios de los alimentos, especialmente los que se comercializan en hipermercados que son envasados hay mucho oligopolio y monopolio y además no dejan entrar ninguna competencia que rompa ese condición dominante y manejan precios como quieren». «Con la excusa del dólar más alto u otras medidas que se toman, suben los precios».
«Si el gobierno no confronta con los formadores de precios, se llega a una inflación desatada con la excusa que sea, si subió el dólar, que hay mucha plata en la calle o que el gobierno le dio a la maquinita o que la gente está volviendo a consumir. Es irrelevante la excusa, siempre tratan de sacar el máximo provecho», indicó Juan Valerdi.
Entre otros puntos, el economista dio su opinión sobre los salarios y como se condicionaron las actualizaciones en paritarias, sobre los ánimos de que el gobierno confronte con los formadores de precios, de cómo Alberto Fernández se percibe sin poder y de la falta de cultura política de los argentinos.
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