El papa Francisco recibió este miércoles al metropolita Antonio, el «canciller» de la Iglesia rusa -cercana al presidente de Rusia, Vladimir Putin- en un nuevo paso de las gestiones para la búsqueda de diálogo y el fin de la guerra con Ucrania que lleva adelante la Santa Sede de forma «reservada».

El metropolita encargado de las relaciones eclesiásticas externas de la Iglesia Ortodoxa Rusa que encabeza el Patriarca Kiril (o Cirilo), un aliado de Putin, se saludó y dialogó brevemente con el Papa en la plaza San Pedro a la vista de los miles de fieles que participaron de la tradicional Audiencia General.

La reunión, en la que según dijo Antonio en redes sociales se trataron «diversos temas», llegó cuatro días después de otra que tuvo el pontífice en Budapest con el antecesor del metropolita, Hilarión, alejado del cargo el año pasado por sus discrepancias con la guerra en Ucrania.

Misión reservada

El encuentro entre el Papa y Antonio tiene también como marco la gestión de paz que la Santa Sede realiza de forma «reservada», según afirmó Francisco el domingo en conferencia de prensa.

«Yo estoy dispuesto, estoy dispuesto a hacer todo aquello que se deba hacer. También ahora se está realizando una misión, pero es reservada, veremos. Cuando sea pública hablaré de ella», dijo el Papa.

Este miércoles, en un diálogo con periodistas en Roma, el secretario de Estado vaticano Pietro Parolin ratificó que “el Papa ha dicho que habrá una misión que se anunciará cuando sea pública.

«No entraré en detalles. El Papa habló en estos términos, le dejamos a él dar cualquier otra información», añadió Parolin al confirmar la gestión iniciada.

Encuentro cancelado

Francisco debía reunirse el año pasado con Kiril, el responsable de la Iglesia Ortodoxa, pero el encuentro se canceló a partir de la postura favorable a la invasión rusa de Ucrania del líder ruso.

«Con el patriarca Kirill he hablado sólo una vez desde el momento en que inició la guerra, 40 minutos por Zoom, después a través de Antonio, que ocupa el puesto de Hilarión, ahora, y que viene a verme», sostuvo el Papa el domingo sobre sus últimos vínculos con Moscú.

Según el Papa, «está en suspenso el encuentro que debíamos tener en Jerusalén en julio o junio del año pasado, pero por la guerra se suspendió. Este se debe hacer», se mostró de todos modos confiado.

Kiril, a cargo de una Iglesia con 200 millones de fieles, se mostró desde el inicio de la invasión rusa con posiciones de defensa de la guerra, que llevaron a que el Papa le pidiera que no se convierta en un «monaguillo de Putin» durante una conversación a través de la aplicación Zoom que tuvieron en marzo, según planteó luego el pontífice.

En febrero de 2016, el Papa y Kiril se reunieron en La Habana, Cuba, en lo que fue el primer acercamiento en casi 1.000 años entre las máximas autoridades cristianas y católicas desde el cismo de 1054.