El sacerdote argentino Gabriel Romanelli notificó sobre el estado actual de su comunidad en medio de la guerra y pidió rezar por «todos los habitantes de Gaza, quienes viven vida de desplazados». En un mensaje enviado a AICA este miércoles 18 de octubre, recordó que la Franja de Gaza, que cuenta con 2.300.000 habitantes, sigue siendo bombardeada noche y día. “No hay lugar seguro dónde estar y dónde ir, desgraciadamente. Urge pedir, suplicar, interceder para que se realice un alto el fuego”, señaló.

Además, aseguró que la noticia del martes 17 sobre el ataque al hospital de Gaza “sigue haciendo llorar a multitudes de personas en todo el mundo que contemplan este crimen atroz”. “En todos lados, pero sobre todo en los pocos refugios que hay, los ruidos de los bombardeos, el encierro, la falta de todo, hacen difícil la vida cotidiana. Muchos perdieron seres queridos, hay miles de muertos, y miles de heridos, muchísimos han perdido sus casas, negocios, todo”, manifestó.

Por otra parte, aseguró que “toda la comunidad cristiana está bien. En lo de Jesús, como les gusta repetir”, al tiempo que pidió que “sigamos rezando mucho por ellos y por todos los habitantes de Gaza, musulmanes y cristianos, quienes en estos días viven vida de desplazados y refugiados”.

“Tanto el Padre Iusuf Asaad IVE, Vicario Parroquial, como las hermanas Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, María del Pilar Llerena y María del Socorro Llerena, como las religiosas del Rosario de Jerusalén y las hermanas de la Madre Teresa junto a todos los niños discapacitados, como todas las familias, están bien”, aseveró.

Romanelli dijo además que la colaboración con la gente del barrio “es buena y constante, como lo es habitualmente en Gaza. Cristianos y musulmanes vivimos juntos en Gaza”.

Y agregó: “La gente en toda la Franja de Gaza está desesperada y busca cómo sea el lugar que les parezca más seguro. Todo está desbordado. Y muchísima gente vaga por las calles con sus hijos y poquísimas cosas al hombro buscando amparo. La guerra destruye todo. Pidamos por su fin”.

Finalmente, expresó: “Vuelvo a agradecer en nombre de todos la cantidad enorme de oraciones, mensajes, llamadas, pedidos de entrevistas y notas. Miles y miles. Imposible, desgraciadamente, responder la mayor parte de las veces. Ni siquiera con un ‘ok, recibido, gracias, oraciones’”.

“Sepan entender lo crítico de toda la situación y les suplicamos que sigan rezando para que el Señor haga cesar este cáliz de dolor en virtud de la fuerza y bondad de su Pasión salvadora”, concluyó.