El arzobispo Gabriele Caccia dijo: “La única respuesta duradera a la difícil situación de los refugiados palestinos es una paz justa, que satisfaga las demandas legítimas tanto de palestinos como de israelíes”, manifestó el Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, al dirigirse a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, sobre la situación humanitaria en Gaza.

Al pedir la protección de los civiles en Gaza y la búsqueda de una paz justa, el arzobispo Caccia denunció el hecho de que «en las últimas semanas hubo una escalada de violencia sin precedentes en Israel y Palestina, que ha resultado en deplorables niveles de sufrimiento.»

El representante vaticano reiteró, que la Santa Sede denuncia el atentado terrorista del 7 de octubre, orquestado por Hamás y otros grupos armados, que mató a 1.400 personas. Además de los que ya perdieron la vida, muchos otros resultaron heridos y/o fueron tomados como rehenes y permanecen en Gaza.

Los ataques de represalia del ejército israelí en la Franja de Gaza, donde Hamas tiene montada su infraestructura, han resultado en la brutal matanza de más de 10.000 personas, en 31 días de incesantes ataques aéreos y bombardeos israelíes en el enclave palestino, según funcionarios de salud gazatíes.

Entre los muertos palestinos, se incluyen 4.104 niños y se sabe que muchas víctimas siguen atrapadas bajo los escombros. El asedio israelí, que exacerba la catástrofe humanitaria, está «secando el acceso a bienes vitales como combustible, alimentos y electricidad», dijo el Ministerio de Salud de Gaza.

Así, renovando el llamamiento del Papa Francisco, el Observador Permanente de la Santa Sede solicitó la liberación inmediata de los rehenes y pidió un alto el fuego.

“El terrorismo y el extremismo alimentan el odio, la violencia y la venganza, y sólo causan sufrimiento mutuo”, expuso el prelado ante la ONU, y expresó su pesar por la terrible situación en la Franja de Gaza en materia humanitaria, a la par que denunció la pérdida de vidas palestinas inocentes, así como «el desplazamiento de cientos de miles de personas y el sufrimiento indiscriminado de la población», que está siendo privada de sus recursos básicos.