En plena campaña presidencial y a cinco meses de abandonar la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lanzó hoy una de sus declaraciones más fuertes y eligió como sus objetivos al candidato republicano, Donald Trump, y a la Rusia de Vladimir Putin, lo que provocó la ira del primero y una desmentida del segundo.

«Creo que el candidato republicano no es apto para servir como presidente», sentenció Obama en una conferencia de prensa en Washington, y luego criticó a los dirigentes republicanos que respaldan a Trump: «Si rechazaron repetidamente lo que él dice, ¿por qué todavía lo apoyan?»

Desde la Casa Blanca, donde respondió a un amplio espectro de preguntas durante una conferencia conjunta con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, Obama se refirió sin dar nombres a parte de la cúpula y el establishment republicano, que en los últimos días condenó sin tapujos el ataque de su candidato presidencial a los padres musulmanes de un oficial estadounidense muerto en Irak.

«Tiene que llegar un punto en el que digan: basta», sentenció el presidente, aprovechando el creciente malestar que existe dentro de las filas republicanas contra Trump y su inagotable fuente de controversias.

Inmediatamente y fiel a su estilo, el candidato republicano publicó una iracunda respuesta en su página de Facebook.

En materia económica, Obama y Clinton «produjeron la peor recuperación desde la Gran Depresión. Relocalizaron millones de nuestros mejores puestos de trabajos en el exterior para beneficiar a los intereses especiales globales. Traicionaron a nuestra seguridad y nuestros trabajadores», contraatacó el magnate, quien pese a tener emprendimientos en otros países, prometió priorizar al mercado laboral estadounidense.

«Desestabilizaron por mano propia Medio Oriente, entregando Irak, Libia y Siria al Estado Islámico, y permitiendo que nuestro personal sea masacrado en Bengazi. Además, pusieron a Irán en un camino que los llevará a tener armas nucleares», continuó el magnate, criticando directamente la gestión de Clinton como secretaria de Estado durante el primer mandato de Obama

«Nuestra nación ha sido humillada en el exterior y comprometida por el islam radical, que llegó a nuestras costas. Tenemos que cambiar ya», concluyó, áspero y directo, el empresario devenido recientemente en candidato presidencial.

Entre las últimas controversias desatadas por Trump se destacan su pelea con Khizr y Ghazala Khan, dos inmigrantes paquistaníes cuyo hijo, un capitán del Ejército estadounidense, falleció en 2004 en Irak; y la sugerencia de que Rusia hackee la cuenta de email de su rival demócrata Hillary Clinton y encuentre una serie de correos electrónicos sensibles que la ex secretaria de Estado dijo haber perdido.

A esta declaración de Trump se sumó, unos días después, la acusación de Clinton de que Rusia podría estar detrás de la filtración de los emails del Partido Demócrata, que forzó la renuncia de la presidenta de la fuerza, Debbie Wasserman Schultz, apenas horas antes de la Convención Nacional en la ciudad de Filadelfia.

Hoy Obama no quiso ser tan contundente como su delfín, pero fue claro al afirmar que nada puede empeorar más la relación actual con su par Vladimir Putin.

Si el FBI confirma la participación de Rusia, «eso será uno más de la larga lista de asuntos de los que hablamos el señor Putin y yo, y que para mí suponen un verdadero problema (…) Pero no creo que eso haga cambiar drásticamente la relación ya dura y difícil que tenemos con Rusia», sentenció el mandatario, según la agencia de noticias EFE.

Tras varias semanas de quedar en el centro del debate electoral en Estados Unidos, Moscú decidió finalmente responder.

«Los ataques a Rusia son habituales durante las elecciones estadounidenses», lamentó hoy el vocero de Putin, Vladirmir Peskov, en diálogo con la canal de televisión norteamericano NBC.

«Las afirmaciones de que Rusia dirige las acciones de unos piratas son bastante absurdas (…) No hay duda alguna de que las estructuras gubernamentales rusas no se dedican y nunca se han dedicado al ciberterrorismo. Eso no es posible», agregó el funcionario.

Además, el gobierno ruso volvió a desmentir que mantenga contactos con Trump y su campaña, pese que el propio candidato republicano dijo en reiteradas ocasiones que tiene «una buena relación» con Putin.

«Lo hemos dicho muchas veces. El presidente Putin nunca ha tenido contactos con Trump. Nunca ha conversado con él, ni siguiera por teléfono», aseguró Peskov.