El economista Salvador Di Stéfano realizó un informe para el portal Fortuna Web, donde analiza el valor del dólar en relación a la economía argentina.

El titular de la Consultora Salvador Di Stefano y Asociados, de Rosario expresó: “En 11 meses del año 2017 el dólar subió el 9,8%, y la inflación rondaría en 11 meses el 22% anual. Claramente estamos con una inflación en dólares del 12% anual. Nuestros productos son todos más caros en dólares, menos competitivos a nivel mundial, y es más conveniente importar que producir”.

“Si lo medimos desde el turismo, no cabe duda que saldrá más económico veranear fuera del país, que en el mercado doméstico. Si a la variable precio le sumamos la financiación, la salida al exterior está más cerca de lo pensado”, continuó.

“En el mes de diciembre la luz y el gas serán muchos más caros, y aún está dando vuelta la posibilidad de un incremento a los combustibles. Una vez más disminuirá el poder adquisitivo de los asalariados, en este caso la variable esparcimiento y vestimenta serán el ajuste obligado en el gasto familiar.

El debate económico de la semana se centralizó en la baja cotización del dólar y la alta presión impositiva. Nos centraremos en lo que sucede con el dólar, que es una de las variables más seguidas por los inversores.

En el Banco Central las reservas suman U$S 54.764 millones, sin embargo, en su pasivo tiene letras por un total de $ 1.056.267.000.000, que llevado a dólares sumaría U$S 60.759 millones. Esto implica que las reservas no alcanzan a cubrir toda la deuda en letras que tiene el Banco Central.

Si tomáramos el stock de deuda en lebac y lo dividimos por las reservas, el dólar debería cotizar en $ 19,30 y no en los $ 17,38 actuales. Sin embargo, la fuerza vendedora del mercado nos lleva a un precio tremendamente retrasado.

Si el dólar hubiera terminado el año en torno de $ 19,00 el productor estaría vendiendo la soja en torno de los $ 5.000 y el trigo en los $ 3.000 que dinamizarían notoriamente la venta de mercadería y generarían otro clima de negocios. Sin embargo, la tozudez de apreciar la moneda se impone en el gobierno de Mauricio Macri.

Estaríamos hablando de una devaluación del 20% versus una inflación anualizada que rondaría el 23% anual para todo el año. Nada terrible para los tiempos que corren, pero casi un pecado para las autoridades monetarias.

El Banco Central emite letras para absorber pesos del mercado, en el mes de noviembre absorbió por esta vía un total de $ 15.874 millones. El día 19 de diciembre vencen letras por un total de $ 431.383 millones. La tasa que paga por estas letras es del 29,5% anual, si esta tasa bajara a niveles del 26,0% anual, estamos seguros que muchos inversores renovarían las lebac, sin embargo, el ente rector se empecina en una tasa de interés elevada, y deja fuera de mercado otras inversiones.

En el año los bonos en dólares fueron una muy mala inversión. Con una devaluación que ronda el 10% anual, y tasas de rendimiento de bonos en torno del 6% anual, los bonos en dólares rindieron mucho menos que una lebac en pesos. Cubrirse en dólares fue un error, apostar al peso una gratificación al bolsillo.

Las acciones subieron en el año el 59% anual casi el doble de lo que rinde una lebac, y 4 veces lo que rinde un bono en dólares. Es una gran suba, lo que es difícil discernir es si con el nivel de ganancias que tienen las empresas podrán repetir este resultado en el año 2018”.