Por Alejandro Maidana

La alfabetización no es un juego de palabras, sino la conciencia reflexiva de la cultura, la reconstrucción crítica del mundo humano, la apertura de nuevos caminos, el proyecto histórico de un mundo común, el coraje de decir su palabra”. Paulo Freire

La Unidad Penal 16, ubicada en la intersección de la calle 1721 y el camino límite con la localidad de Pérez, alberga a cientos de hombres privados de su libertad pero no de su necesidad de alfabetizarse. Florencia Sánchez es una de las voluntarias que trabajan persiguiendo el sueño de la inclusión y le brindó detalles del mismo a Conclusión.

—¿Qué es lo que te motivó a realizar este voluntariado en el penal?

—La necesidad de dar algo mío como miembro de esta sociedad para intentar modificar una realidad que es abrasadora. La ausencia del Estado y el deterioro de las cárceles, fueron el motor impulsor para que comience con esta maravillosa tarea de alfabetizar.

—¿Cuál es el proyecto educativo que llegó desde Cuba y que ustedes utilizan con los internos?

—Esto nos llega a nosotras gracias a la Multisectorial de solidaridad con Cuba. El mismo es un programa audiovisual que está preparado para abordar el aprendizaje desde sus primeros pasos. Argentina lo recibe en 1994 y el mismo comenzó a utilizarse primeramente en el norte del país, para después abrirse a diferentes provincias y poblaciones. En nuestra ciudad, hace 3 años que el mismo lucha para afincarse en las cárceles.

—¿Cómo es la respuesta de los internos ante tamaño desafío?

—Excelente. En el penal 16 hay pabellones que aglutinan entre 70 y 80 personas cada uno, pero cabe destacar que las autoridades del mismo no permiten que los cursos superen las 10. Hoy tenemos la posibilidad de contar con 3 grupos que trabajan lunes, miércoles y viernes.

—Imaginamos que el abordaje de la problemática debe tener variables importantes…

—Primeramente tenemos una charla con ellos y le presentamos la cartilla impresa para luego darle paso a la clase audiovisual. Vale la pena aclarar que contamos con un CD y que la charla es brindada por una teleprofesora. Nosotras nos encargamos de guiarlos y evacuarles todo tipo de dudas. Las primeras clases son de trazo, es fundamental trabajar sobre la empuñadura para mejorar la letra de los alumnos ya que la mayoría de ellos abandonó la escuela en tercer o cuarto grado y han perdido el ejercicio.

—¿Cuántas clases posee el proyecto de alfabetización?

—Son 65, y las mismas habilitan a los alumnos a comenzar con la educación primaria. Oficia de base para todos aquellos que abandonaron el cursado, para que de esta manera puedan finalizar sus estudios primarios y secundarios dentro del penal o fuera del mismo. En teoría, el año entrante la provincia debería comenzar con la enseñanza ya que el penal cuenta con las aulas preparadas para dicho desafío.

—¿Cuáles son las inquietudes de los internos y el comportamiento de los mismos para con las voluntarias?

—El comportamiento es maravilloso. El respeto que nos brindan con la atención puesta en cada palabra y en cada gesto es para resaltar. En torno a las inquietudes, charlamos mucho con ellos. Nos comentan de sus ganas por superarse y de querer preparase para cuando les toque enfrentar nuevamente el afuera. Tienen muchas ganas de aprender oficios, solicitan consejos, pero tienen en claro que el mundo exterior no estará a su alcance si no logran avanzar desde lo cultural.

Dato

El 40% de la población carcelaria no finalizó sus estudios primarios, la necesidad de reinserción social es un hecho saliente para aquellos que conviven con el fantasma de la reincidencia.

Los alumnos de la Unidad Penal 16 reciben en cada cierre de año, el título que los habilita para comenzar con sus estudios primarios en una colación muy emotiva. Porque el sueño de libertad, está íntimamente ligado a la revolución cultural.