Al menos 64 personas murieron y 82 resultaron heridas este miércoles en un barrio chiita de Bagdad en un atentado suicida con coche bomba reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

El atentado, el más mortífero en la capital iraquí desde el inicio del año, tuvo lugar en medio de una crisis política, que dura semanas y amenaza con socavar la lucha contra el Estado Islámico.

El kamikaze «Abu Suleiman al Ansari» hizo estallar un coche bomba en el barrio chiita de Ciudad Sadr, afirmó el Estado Islámico, que controla importantes territorios en Irak, en un comunicado difundido el miércoles en internet.

El coche bomba estalló cerca de un mercado en Ciudad Sadr, norte de la capital iraquí, destruyendo numerosos negocios.

«Un camión intentó ingresar al mercado pero los policías no lo dejaron y le ordenaron que retrocediera. Sin embargo el camión entró por otra puerta y estalló», indicó Abu Alí, un testigo.

«La gente y los vendedores de aquí son civiles inocentes», agregó.

El balance de muertos podría ser más grave debido a la gran cantidad de heridos.

Luego del atentado los habitantes de la zona protestaron contra el gobierno, culpándolo de la inseguridad.

«Los políticos son responsables de la explosión» y la gente «víctima» de sus disputas, denunció Abu Ali.

Otro parroquiano, Abu Muntadhar dijo que el estado era «responsable» de la situación y los políticos «debían irse».

El clérigo Moqtada al Sadr, quien encabezó un movimiento de protesta exigiendo un cambio de gabinete y otras reformas, tiene un gran número de seguidores en el barrio obrero de Ciudad Sadr, que lleva el nombre de su padre, un ayatolá ejecutado por Sadam Hussein.