El juicio por la muerte de Jonatan Herrera tuvo hoy su segunda audiencia luego de un fallido inicio en el que sólo pudieron debatirse cuestiones técnicas. En la jornada de hoy, el Tribunal definió sobre los pedidos de unificación de las querellas, realizados la semana pasada por las defensas, y sobre la presentación de nuevas pruebas en favor de una de las imputadas, Gladys G. Además se realizaron los alegatos de apertura y los imputados deberán prestar testimonio.
En cuanto a la unificación de las querellas, el Tribunal conformado por los jueces Carlos Curto, Rodolfo Zvala y Juan José Alarcón definió por una votación de dos contra uno la unificación de las querellas pero con autonomía propia, planteada por la defensa en base a la falta de “igualdad de armas”, ya que se ven obligados a escuchar tres alegatos distintos, de las dos querellas y la fiscalía. En ese sentido, los jueces definieron que en cada audiencia se permitiría la palabra a un letrado por querellante, a fin de evitar la citada falta de igualdad.
En relación a los otros planteos, por un lado de la defensa de Gladys G., que pretendía incorporar un informe técnico sobre una pericia balística, y por otro del defensor de Ramiro R., que pidió llamar como testigos a los médicos que atendieron a Jonatan Herrera en el Hospital Emergencias Clemente Álvarez luego de recibir los balazos que momentos después le provocaron la muerte, el Tribunal decidió rechazarlos.
El alegato de la fiscalía
El fiscal Adrián Spelta calificó el homicidio de Jonatan como una «ejecución por parte del personal policial», y luego de hacer un recorrido por los hechos, y enfatizó que «la cuestión ya ni siquiera es si se trataba de una persona inocente, porque, aún si hubiera sido culpable de algún delito, nada justificaría el accionar policial».
El funcionario detalló las heridas sufridas por Herrera a causa de las balas que impactaron en su cuerpo y enfatizó que los disparos efectuados por Galdys G. y  Ramiro R. acabaron con al vida del joven, por lo cual adelantó que pedirá la pena de reclusión perpetua por los delitos de  Homicidio Calificado por abuso de función o cargo de empleado policial. Spelta relató que la bala disparada por la primera  le atravesó la cabeza y le provocó estallido de cráneo en tanto que el proyectil que salió del arma de Ramiro R. habría sido  «mortal», ya que le ingresó por el muslo izquierdo, quedó alojado a la altura de la cadera y le afectó la arteria hipogástrica.
Para los otros dos acusados Luis S., y Francisco R, el representante del MPA señaló que dijo que por los cargos de Tentativa de Homicidio Calificado por abuso de función o cargo de empleado policial, solicitará 12 años de prisión efectiva.
En tanto, para Alejandro G., imputado por Abuso de armas agravado por el abuso de función o cargo de empleado policía solicitó la pena de 3 años de prisión efectiva.