Un hombre, empleado de un sindicato, fue acribillado de siete balazos por dos delincuentes que llevaban máscaras de payaso, le chocaron la moto en la que se trasladaba con un auto y, una vez que lo hicieron caer, le dispararon, en la localidad bonaerense de Villa Martelli, partido de Vicente López, informaron hoy fuentes policiales.

Por la modalidad del ataque, los investigadores creen estar ante un crimen premeditado en el marco de algún tipo de venganza o ajuste de cuentas.

«No podemos descartar ninguna hipótesis pero por la forma en la que sucedió el hecho, estamos ante una ejecución. Fueron directamente a matarlo y aparentemente no le robaron nada», dijo una fuente judicial vinculada a la investigación.

El hecho sucedió anoche, cerca de las 22, cuando Omar Ibáñez, empleado del sindicato de Panaderos, se trasladaba en una moto Honda Tornado por el cruce de las calles Martín Güemes y Habana, a una cuadra de la denominada Villa Melo, y fue chocado por un auto tripulado por al menos dos hombres.

Cuando a raíz del impacto Ibáñez cayó al asfalto, dos hombres con máscaras de payaso se aproximaron y lo acribillaron de al menos siete balazos, tras lo cual escaparon.

En el lugar, los peritos recolectaron vainas calibre 9 milímetros por lo que los asesinos usaron una pistola de ese calibre para cometer el homicidio.

Tras el crimen, intervino en el lugar personal de la seccional local y de la Jefatura Departamental de San Isidro, que dieron intervención a la fiscal Marcela Semería, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Vicente López Oeste.

La fiscal dispuso diversas diligencias para dar con los asesinos, entre ellas análisis pericial de la escena del crimen y un relevamiento en la zona para ver si alguna cámara de seguridad registró imágenes de los agresores.

«Fue a una cuadra de la Villa Melo. Es una zona difícil para conseguir testigos que se animen a hablar. Lo que tenemos es por los dichos de gente que habló poco con los primeros policías que llegaron al lugar, pero se retiraron rápidamente», explicó uno de los investigadores.

La misma fuente reveló que Ibáñez era «empleado» en el Sindicato de Panaderos, que vivía del lado de la villa Loyola, que estaba separado y que por el momento no le surgieron antecedentes ni detenciones.

«Vamos a investigar el entorno y las actividades de la víctima para intentar determinar si tenía algún enemigo que pudiera tener un móvil para semejante ataque», dijo la fuente judicial.