Por Aldo Battisacco

Hace mucho tiempo que la lechería santafesina está afectada por diversas situaciones que la ha puesto al borde de la extinción. El titular  de la mesa de Productores de Leche Santa Fe (Melprosafe), Marcelo Aimaro, puso de relieve que los problemas que enfrentan los productores tamberos son variados, como el clima, las condiciones del terreno, la falta de pasturas y desde hace largo tiempo el precio del litro de leche. Y al igual que otras explotaciones agropecuarias la falta de políticas de Estado que aborden la especificidad del sector.

Conclusión dialogó con Aimaro, quien expuso que luego de “las lluvias de abril las napas están altas, debido a esto el suelo no absorbe agua, la nubosidad impide la evaporación y esto afecta al tambo y las siembras pendientes del trigo tardío en muchos lotes. Faltan pasturas, hay heladas y baja rentabilidad para la producción primaria».

—¿Existen problemas de coyuntura que profundizan la condición de riesgo que sufren los tamberos y que está pendiente de resolución?

—En el campo son desesperantes las condiciones de laborabilidad, la cantidad de agua caída afectó el tambo, pasturas y animales. Y esto se agrava porque la poca producción no puede salir por el estado de los callejones y caminos, más la ausencia de una política lechera que complica todo porque lo estructural es lo que hay encarar, ya que ahí se explica en que el productor recibe 4 pesos por litro y en la góndola está a 20 pesos y esto hay que ordenarlo.

—¿Qué pasó con las partidas compensatorias que prometió coyunturalmente el ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile?

—Llegaron tarde y mal, porque en junio se cobró lo que correspondía a enero y febrero y las últimas dos compensaciones que se asignaron para mayo se cobraron la semana pasada y producto de la realidad económica general el costo del tambero es según el Inta de 5,30 pesos y se percibió tan sólo 4 pesos. Y la población paga 20 pesos en la caja de un supermercado, así ¿quién detiene a los formadores de precios?

—¿Cuál es la solución que necesitan los productores?

—Nosotros estamos pidiendo que se ordene la lechería y que se instrumente un mecanismo de fijación de precios. Con un mix que permita que cada uno se lleve lo que corresponde porque hay peligro que los tambos desaparezcan. En Santa Fe se está trabajando en una ley que está bien, que regule formas de mejorar la producción, como se debe entregar la leche, y las formas de cobro pero no tenemos ningún mecanismo que fije precio. La industria sigue con su festín y al tambero le paga por balde.

—¿En qué instancia se encuentra la institucionalización de un mercado de la leche que se abordó con el secretario de Lechería Pedro Moroni?

—Hasta ahora los senadores de la provincia están abocados a la creación de una ley que contempla las modalidades contractuales para la comercialización y no estamos en contra, pero todo esto no sirve si no hay un mecanismo de fijación de precios. La prueba palpable es que si se puede con la soja, el maíz, la carne, que si tienen un precio cierto y no de referencia, queremos también un precio cierto para que el tambero cuando se firme un contrato de abastecimiento también tenga un precio que se negocie pero que se cobre. Porque los productores tiene la obligación de entregar su producción de acuerdo a una requisitoria de calidad y en un tiempo determinado porque es un producto perecedero, pero no tenemos precio, ni siquiera de referencia. Otras explotaciones como cereales u oleaginosas ya tienen precio cierto para 2017.

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—¿Y qué problema tendría hoy el tambero con sólo ese contrato?

—Se regularían solamente todas las obligaciones del tambero, pero no se habla de precio y así el industrial seguiría pagando lo que quiere. Un mecanismo que el productor pudiera recibir el 20% del valor de los productos que están en las góndolas, en abril podría haber recibido casi siete pesos, pero en la práctica no se tienen en cuenta. La industria sigue poniendo el precio y eso es lo que se nos paga a mes vencido y es la idea que sigue existiendo desde que la lechería es lechería. Hay que transparentar los precios de la cadena de la leche. Los productores y la población somos los más perjudicado por este mercado que no garantiza nada, sólo distorsiones que les sirve a unos pocos.

—¿Qué falta para normalizar todo esto?

—Voluntad política de los gobiernos, que son los responsables de sentar a las partes y que se sinceren cuáles son los costos de producción, todos saben que le cuesta a un tambero hacer un litro de leche pero la industria nunca explicó nada y menos el costo de las comercializadoras. Tenemos que saber de qué manera se van a manejar los volúmenes, que se exporten los excedentes, tener un mecanismo de fijación de precios, si no el contrato sin precio concreto sirve para que yo me obligue a firmar algo que es lo mismo que ya ocurre hoy de palabra. Queremos contratos que tengan un mecanismo de fijación de precios, si no, no nos sirve.

—¿Tienen los tamberos un tiempo límite para no tener que abandonar o vender los tambos?

—Las cosas no cambian de un día para el otro. Pero hay que tener claro que debe haber un política nacional porque la lechería llega a varias regiones del país. Por lo pronto, ante esta ausencia de la Nación si se logra ir mejorando la situación aquí, en esta provincia, se va a poder transpolar a las otras provincias y de ahí a la Nación, porque estamos adoleciendo de una política lechera nacional, donde sólo se ve un rumbo hacia la libertad de mercado que no nos sirve; que como tamberos nos perjudica. Los productores teníamos muchas esperanzas sobre un cambio real, pero lo que vemos es que no hay soluciones, que los mercados no nos sacan adelante. Tenemos costos arriba de los cinco pesos. Ojalá que algún día los tamberos podamos aunque sea empatar.