La venta de pan ha descendido considerablemente en los últimos años pero no así el consumo de harina. La situación fue planteada y preocupa Asociación de Panaderos que asegura que es debido a la cantidad de panaderías clandestinas que hay en la ciudad.

El referente rosarino del rubro panadero, Gerardo Di Cosco, se manifestó en alerta por la baja en las ventas y la mala situación de las panaderías locales. «No estamos exentos de lo que esta pasando, el gran aumento de las tarifas de gas y luz nos asfixia y además, cayó el consumo casi un 40 por ciento y no se puede recuperar», dijo a Conclusión.

Lo curioso, -señala Di Cosco- es que el consumo de harina no ha bajado y que el descenso en las ventas se trata a una «competencia desleal» en el sector.

«En Rosario hay entre un 30 y un 40 por ciento de panificadoras que no están habilitadas, no hay controles, no pagan impuestos y sus trabajadores están en negro. Cuando se compra pan en un almacén se desconoce de donde viene y perjudica al sector panadero», afirmó y remarcó: «Si el consumo sigue es porque el pan se esta comprando por otro lado».

El resultado surge de un relevamiento de 150 panaderías realizado por la Asociación de Panaderos de Rosario. De acuerdo a lo recolectado por el sector, en 2017 la rentabilidad cayó un 80 por ciento y los panaderos ven perspectivas muy malas para el 2018.