“Nicolás Dujovne no puede ignorar que la oferta de dólares, consecuencia del blanqueo, es excepcional y por única vez. Dujovne no puede desconocer que los otros países que realizaron una exteriorización de capitales previeron qué hacer con la artificial oferta cambiaria que provoca ese procedimiento. “Dujovne no es ignorante -Carlos Pagni nunca lo hubiese aceptado de copiloto en ese caso- pero sí demuestra hipocresía o mala fe en su explicación de que no hay atraso cambiario”.

Con esta apreciación sobre el ministro de Hacienda del Gobierno nacional, el ‎analista de mercados y fundador y “mánager” de Pronóstico Bursátil, Marcelo Trovato, agrega luego que “aclarado esto, es cierto que los rendimientos en la Bolsa de Buenos Aires fueron notables, aunque más relacionadas con expectativas y especulaciones antes que con rendimientos”.

Lo que Dujovne parece no ver

La opinión de Trovato está contenida en urgente24.com, bajo el título de “Todo lo que el publicista Dujovne parece no ver”. Allí señala que “a esta altura de los acontecimientos, ya no quedan dudas que Cristina Fernández de Kirchner, con el destrato preelectoral, la asignación de Carlos Zannini como candidato a vicepresidente, el ninguneo a Florencio Randazzo luego de mimarlo hasta horas antes de la contienda para reemplazarlo por AnibalFernandez, jugó a perder.

“Razones no le faltaban-agrega el analista- ya que el PBI que se guardaron en diamantes angoleños, dólares en Seychelles y demás yerbas servírían para poner los palos suficientes en la rueda de un, según sus malos cálculos, gobierno débil, o dicho de otra forma debilitado desde su asunción por las bombas plantadas en todas y cada una de las áreas de Gobierno Nacional y Provincial”.

“Alargar las mechas”

Tras la descripción de ese panorama, expresa que “le dejaron a Cambiemos una sola alternativa: alargar las mechas a través del endeudamiento externo. Pero, como tampoco alcanzaba, un sinceramiento fiscal so pretexto de paliar la deuda a jubilados y emisión de letras del Banco Central (Lebacs) y bonos del Tesoro Nacional y apostar a un gradual reacomodamiento de variables.

“Hoy -añade-, pasado un año, salvo la agroindustria y hasta por ahí nomás, seguimos en buenas intenciones y ya ha pasado demasiado tiempo como seguir culpando a la herencia. Los agentes económicos le están dando tiempo, pero el tiempo se agota”, sentencia Trovato.

Señala más adelante que son dos los escenarios que se plantean a esta altura los jugadores fuertes “mientras dolarizan sus carteras con el activo bien barato e híper atrasado”.

El primero, si las encuestas dan bien y las elecciones (no confundir, agosto es el mes clave y no octubre, tenemos PASO) no hacer olas y esperar la jugada una vez ganadas las elecciones.

El segundo escenario, ante la menor duda de una elección reñida y si le logran torcer la mano a la CGT, la CTA, docentes y el mismísimo fútbol, el nerviosismo volverá a acelerar la dolarización. “Tomá las Lebacs, dame los pesos, tomá los pesos, dame los dólares”, grafica el analista, para decir luego: “Se acaba el blanqueo el 31 de marzo de este año, se esfuma la oferta y crecen los tomadores de verde billete, la cosecha gruesa, el giro de utilidad producto del festival de tasas, balanza comercial, todos toman, la perinola al revés”.

“El BCRA ya se asustó”

Pone luego el foco en el Banco Central, entidad de la cual dice que “ya se asustó. Anuncia tres meses delicados de inflación y al mismo tiempo les devuelve a los bancos $ 30 mil millones para que presten y al mismo tiempo tomen dinero y su negocio es el spread entre prestar y tomar dinero; entonces, de forma sutil, invita a los bancos a subir la tasa de plazo fijo, motivado por la preocupación que la base monetaria emitida en letras y los plazos fijos migren al dólar antes de agosto”.

Trovato finaliza su columna de opinión haciendo una metáfora: “Solo se trata de llegar a la orilla, seguimos navegando aferrados a un fierro caliente para no ahogarnos, pero nada, ni siquiera un discurso más político en la apertura de las legislativas marcaron un rumbo claro, un proyecto concreto que aleje de la incertidumbre al inversor. El mundo es el factor externo que puede anticipar que, a partir de la debilidad interna, nuestra realidad cambie por las malas y el gradualismo una vez más fracase hasta para un objetivo tan chiquito, intentar llegar a la orilla”.