La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (ITC por sus siglas en inglés), ratificó este miércoles la decisión de fijar aranceles de hasta 72,28 por ciento al biodiésel argentino, dispuestos por la Secretaría de Comercio de ese país en noviembre pasado.

La comisión convalidó el argumento de que los supuestos subsidios a la producción del biocombustible que existirían en la Argentina ocasionaron daños a la industria estadounidense de ese sector.

La decisión implica el cierre del mercado norteamericano para los exportadores argentinos, con un impacto de 1.200 millones de dólares anuales, en momentos donde el rojo de la balanza comercial asusta a economistas oficialistas y opositores.

El ITC consideró que el sector productor de biodiésel estadounidense fue «materialmente perjudicada por las importaciones de biodiesel de Argentina e Indonesia que el Departamento de Comercio ha determinado que están subvencionadas».

«Este voto afirmativo sobre el daño, junto con la determinación final de los derechos compensatorios del mes pasado por parte del Departamento de Comercio, allana el camino para las órdenes finales de derechos compensatorios a fines de diciembre», expresaron a través de un comunicado la National Biodiesel Board (NBB), cámara empresarial que denunció en un principio a Argentina por supuestos subsidios y dumping.

La intención del gobierno de Mauricio Macri, según se había manifestado, es acudir a la Organización Mundial de Comercio para apelar esa decisión y evitar perder un negocio de 1.200 millones de dólares anuales, ya que el 90 por ciento de las exportaciones de biodiésel argentino tenía como destino el mercado estadounidense.

Ante ese escenario, el encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos en el país, Tom Cooney, había aclarado que a pesar del conflicto generado por la suba de aranceles en las importaciones de biodiésel desde la Argentina, ambas naciones iban a continuar como «socios fuertes».