El ex ministro de Hacienda de Brasil entre 2006 y 2014, Guido Mantega, fue detenido durante unas horas este lunes para declarar ante la policía en el marco de la investigación sobre un esquema corrupto que recibía sobornos de grandes empresas para evadir impuestos.

«Guido Mantega fue uno de los objetivos de las órdenes expedidas para acudir a declarar. Hasta el momento no hay denuncia en su contra, es una investigación policial en fase preliminar», informó a la AFP la asesoría de prensa de la Fiscalía.

El punto a dilucidar es la posible implicación del ex ministro en la Operación Zelotes, lanzada en marzo de 2015, que destapó un esquema corrupto que manipulaba las decisiones del Consejo de Recursos Fiscales (CARF), organismo encargado de juzgar en última instancia las sanciones impuestas por el fisco.

De acuerdo a las investigaciones, algunos consejeros de ese organismo habrían aceptado y promovido sobornos de grandes empresas que debían abonar millonarias multas a la Hacienda federal a cambio de fallar a su favor en los juicios y rebajar o ahorrarles, así, el pago de tributos.

La convocatoria de Mantega fue acompañada de 27 mandatos más, algunos para acudir forzadamente a declarar y otros de búsqueda y aprehensión, en diferentes estados de Brasil, enmarcados en la séptima fase de la operación, centrada en las irregularidades cometidas por la empresa Cimento Penha.

Mantega -uno de los ministros más longevos de la administración del PT, que fue titular de Hacienda en el segundo mandato de Luiz Inacio Lula da Silva y en el primero de Dilma Rousseff- sería amigo presuntamente de Victor Sandri, directivo de la compañía.

«[El ex ministro] pasó a ser objetivo de la investigación a partir del momento que fueron verificados algunos elementos que hacen sospechar que en esa relación fueron realizados actos que hieren la ley», explicó la fuente de la Fiscalía.

Esta supuesta amistad ya empujó al juez responsable por la Operación Zelotes a pedir en noviembre la quiebra del secreto bancario y fiscal de Mantega.

Cimento Penha consiguió revertir ante el CARF una multa de alrededor de 106 millones de reales (unos 30,2 millones de dólares al cambio actual), según la prensa local.

Por este mismo caso Zelotes las autoridades allanaron en octubre de 2015 oficinas de la empresa de uno de los hijos del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

La Policía Federal estima que el esquema delictivo supuso evasiones al fisco por más de 4.000 millones de dólares.