El papa Francisco afirmó que el camino de la reforma de la Curia romana que está llevando adelante encuentra “también resistencias malvadas, que crecen en mentes distorsionadas y se presentan cuando el demonio inspira malas intenciones, a menudo con vestimentas de corderos”.

El sumo pontífice hizo estas declaraciones en su discurso para los augurios navideños a cardenales y superiores, uno de los más importantes del año, en el cual se recorren los principales momentos del gobierno de la Iglesia. En la sala Clementina, Francisco realizó una articulada intervención sobre la reforma de la Curia romana. Además enumeró detalladamente los criterios-guía, de la “conversión” personal y pastoral a la “sobriedad y misionariedad”, apuntó el dedo duramente contra las “resistencias escondidas”. La reforma, dijo, no es una operación de “lifting”. “No son las arrugas que se deben temer en la Iglesia sino las manchas”, advirtió el Papa.