Por Álvaro Villalobos*

Con una huelga y cientos de marchas en toda España, el movimiento feminista espera repetir este viernes el éxito del año pasado con motivo del Día Internacional de la Mujer, y seguir impulsando una causa convertida en batalla política, a siete semanas de las legislativas del 28 de abril.

«Si paramos nosotras, se para el mundo». Con este lema, los grandes sindicatos, Comisiones Obreras y UGT, han convocado paros de dos horas por turno, mientras que los minoritarios, como CGT y CNT, llaman a una huelga de 24 horas.

Por la tarde están previstas cientos de marchas y concentraciones en ciudades y pueblos de toda España. Varias ministras participarán en la de Madrid, a partir de las 19H00 (18H00 GMT).

El objetivo es repetir el histórico éxito del año pasado, cuando millones de personas participaron en una inédita huelga feminista y en las marchas del 8 de marzo en España.

Desde entonces ha habido un cambio de gobierno, materializado en un gabinete socialista con más mujeres que hombres, y el feminismo, desde distintos enfoques, se ha consolidado como un tema político de primer orden.

Sin embargo, el país acusa una brecha salarial del 14,2% entre hombres y mujeres (dos puntos por debajo de la media europea) y la violencia machista sigue matando a mujeres: 47 el año pasado, y al menos 975 en total desde 2003.

«Hace falta que a las mujeres se nos vea, porque hay mucho trabajo que hacer todavía» y «el poder real no está en las mujeres», dijo en la televisión pública la conservadora Ana Pastor, presidenta de la cámara baja del Parlamento.

«Queremos una España feminista. Porque solo desde el feminismo acabaremos con la violencia machista y lograremos la igualdad real. Solo desde el feminismo alcanzaremos una democracia plena», tuiteó el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, quien ha apostado de lleno por esta causa para continuar en el poder.

Disensiones entre partidos

Grandes personalidades se incorporaron a la huelga, como la alcaldesa de Madrid, la izquierdista Manuela Carmena, la periodista Pepa Bueno, presentadora matinal de la radio Cadena SER, o las reporteras del diario El País.

El tema era omnipresente en el debate público, y numerosas instituciones se pronunciaron esta semana en favor de la causa feminista, ya sea en el mundo mediático, científico, político, judicial o laboral. La Policía Nacional anunció la elaboración de una «guía de lenguaje no sexista destinada a sus agentes».

Sin embargo, no todo es consenso. Prueba de ello es la contramanifestación del domingo próximo en Madrid convocada por la «Women of the World Global Platform», que aglutina a organizaciones católicas y antiabortistas frente al «feminismo rancio» y «hater» de la izquierda.

El conservador Partido Popular (PP) no participará en la marcha de Madrid, por considerar «inadmisible» el manifiesto convocante, que llama a movilizarse «frente a una derecha y extrema derecha que nos ha situado a mujeres y migrantes como objetivo prioritario de su ofensiva ultraliberal, racista y patriarcal».

Por su lado, el partido liberal Ciudadanos arremetió contra lo que considera como un intento de la izquierda de patrimonializar el feminismo, para obtener rédito electoral en las legislativas del 28 de abril.

Algunos partidos «creen que el feminismo es como un cortijito que es suyo, y no quieren dejar a nadie entrar», fustigó en la SER la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas.

Los últimos meses en España se han visto marcados por la emergencia de un partido de ultraderecha, Vox, que ha hecho de la contestación al feminismo uno de sus caballos de batalla.

Vox arremete contra la ley vigente de lucha contra la violencia de género, pues a su parecer criminaliza a los hombres y los deja indefensos frente a denuncias falsas. Y en general contra lo que tacha de «feminismo supremacista, que nos intenta imponer un discurso único a todas», como dijo este viernes una de sus dirigentes, Rocío Monasterio.

«Esto no es de partidos (…) la lucha del feminismo es transversal y no entiende de generaciones», contemporizó Ana Pastor.

* Corresponsal AFP-NA en Madrid.