En la Argentina cuatro de cada 10 pobres trabajan en la informalidad, sin cobertura asistencial y previsional.

Además, poco más de 1 de cada 8 estaba desempleado; y 1 de cada 20 sufre el efecto desaliento a buscar un empleo, según un  informe del Instituto de Estudios Laborales y Sociales (Idelas).

El trabajo señala que más de 4 cada 10 personas en situación de pobreza «respondía a otros factores socioeconómicos, entre los que se destaca la participación de los jóvenes ni-ni-ni, esto es que no estudian, no trabajan y no buscan ocuparse en una tarea rentada, estimado en algo más de 1,1 millón».

El informe de Idelas sostiene también que «cada trabajador desocupado y los que dejaron de participar del mercado laboral, afectaron la relación de ingreso medio a la mitad del hogar, porque la otra mitad fue cubierta por el otro adulto del grupo habitacional».

El estudio realizado en base a la Encuesta Permanente de Hogares del Indec concluye que para que el gobierno «pueda lograr sustanciales progresos en la reducción de la pobreza no alcanzará con alentar la inversión productiva y la generación de empleo».

Agrega que además las políticas oficiales deberán asignar «un rol destacado a otros factores relevantes, como romper el núcleo duro de la elevada informalidad del trabajo y avances en la reducción de la inflación a mínimos históricos de un dígito bajo».

«El primer paso sería impulsar una reforma tributaria que elimine los impuestos distorsivos como las cargas laborales para las empresas que representan las contribuciones a los sistemas de seguridad social y considerarlos como pago a cuenta de otros tributos como IVA y Ganancias», añade el informe.