El primer ministro japonés, Shinzo Abe, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, coincidieron en la necesidad de tomar nuevas acciones contra la amenaza nuclear y misilística que representa Corea del Norte y volvieron a presionar a China para que participe también de las sanciones.

Los mandatarios conversaron vía telefónica sobre el segundo misil balístico intercontinental que Pyongyang lanzó el viernes y que cayó en el mar de Japón, como tema excluyente, según confirmaron fuentes diplomáticas de ambos países.

«Hemos hecho reiterados esfuerzos por resolver pacíficamente el tema de Corea del Norte, coordinando esfuerzos entre Japón, Estados Unidos y la comunidad internacional, pero Corea del Norte torpedea todos esos esfuerzos y ha provocado unilateralmente una escalada» de la situación, aseguró Abe.

En diálogo con la prensa, el primer ministro nipón llamó a la comunidad internacional a «tomar en serio» las acciones unilaterales impulsadas Pyongyang y pidió «aumentar la presión» sobre el país comunista.

No obstante, en la comunicación telefónica con Trump, que se extendió durante más de 50 minutos, no discutieron sobre una eventual acción militar contra Corea del Norte, ni lo que constituiría el cruce de una «línea roja» por parte de Pyongyang, dijo a la prensa el portavoz adjunto del Gabinete, Koichi Hagiuda.

Según el primer ministro japonés, Trump se comprometió a «tomar todas las medidas necesarias para proteger» a Japón y consideró que «el rol que China puede desempeñar es extremadamente importante», dijo en una conferencia de prensa, según recogió la agencia de noticias DPA.

«Bajo la fuerte unión de Japón y Estados Unidos, vamos a tomar acciones concretas para aumentar nuestras capacidades defensivas y hacer todo lo posible para garantizar que la gente esté a salvo de la amenaza de Corea del Norte», añadió.

Por su parte, Estados Unidos señaló en un comunicado que ambos líderes están de acuerdo en que «Corea del Norte constituye una amenaza grave y creciente para Estados Unidos, Japón y la República de Corea (Corea del Sur) y otros países cerca y lejos».

Durante la llamada telefónica, Abe y Trump se comprometieron a incrementar la presión económica y diplomática sobre Corea del Norte y a convencer otros países para que hagan lo mismo.

La llamada entre ambos mandatarios se produjo después de que desde el Ministerio de Defensa surcoeano se adviertiera de la posibilidad de que Pyongyang vaya a realizar en breve nuevas pruebas a sus ojivas nucleres y la capacidad de sus misiles a través de un ensayo nuclear con más capacidad explosiva, según informó la agencia Yonhap.

En tanto, Corea del Norte festejó el lanzamiento de un misil intercontinental realizado el viernes con un gran banquete que congregó a responsables de la prueba y cargos del partido único y que presidieron el líder Kim Jong-un y su esposa, Ri Sol-ju.

El evento, celebrado el domingo en Pyongyang, contó con la presencia, entre otros, de Ri Man-gon, vicepresidente del Comité Central del Partido de los Trabajadores, y de Kim Rak-gyon, comandante de la Fuerza Estratégica de Misiles, según informan hoy el diario Rodong Sinmun y la agencia de noticias KCNA.

«El gran éxito en el segundo lanzamiento de prueba del Hwasong-14 ha establecido una nueva estructura política mundial con la Corea socialista como eje», dijo Ri durante el discurso que pronunció, según recoge KCNA.

También instó a «producir de manera incesante nuevos tipo de misiles balísticos (…) y cosechar éxitos en el terreno de la investigación científica para defensa».