El fantasma más temido del macrismo tendrá hoy su minishow. Alcaldes y legisladores post-K y massistas presentarán a modo de ensayo un proyecto para descentralizar la Policía Bonaerense, golpe político contra María Eugenia Vidal en el que el panperonismo amaga con hacer valer el peso de su unidad: juntos, los bloques peronistas tienen número suficiente en la Legislatura bonaerense para aprobar el proyecto que desgaja la Policía provincial.

Es, en verdad, un expediente que años atrás movió Sergio Massa -fue la base, retocada, de las policías locales- que reaparece como primer y único punto de lo que se perfila como pacto legislativo de todos los peronismos contra Cambiemos. Asuntos sensibles como la Policía y la seguridad surgen como factor para proyectar una nueva mayoría. Hay, como siempre, pliegues y metamensajes, pero lo puntual es eso: todos los clanes de lo que fue el FpV más el massismo y el PJ silvestre parecen, esta vez, alinearse detrás de un plan para descentralizar la Bonaerense.

El peronista lomense Martín Insaurralde se verá hoy con Jorge Sarghini, massista que preside la Cámara de Diputados bonaerense, Germán Di Cesare (Miramar-Frente Renovador) y legisladores de los bloques FpV-PJ, Peronismo para la Victoria y FR. En la misma sintonía se mueven el PJ independiente de Mario Giacobbe -autor de un proyecto que va en la misma dirección-, Hugo Oroño y Mónica López. No está previsto, en principio, que concurra el FpV residual que agrupa a las distintas expresiones de La Cámpora y a territoriales como Juan José Mussi, Karina Nazabal y Marcelo Torres.

La jugada ensambla un capítulo de gestión con varios dobleces políticos. Veamos:

• Semanas atrás, Cristian Ritondo blanqueó su pretensión de que la Bonaerense absorba las policías locales para volver a la existencia de una sola fuerza. Aunque Vidal dice que esa idea no está en su agenda, en La Plata se habla de que la propuesta surgió de la cúpula de la Bonaerense. Ante eso, desde el PJ y el FR desempolvaron el proyecto para «municipalizar» la Policía para que, entre otras cuestiones, el intendente sea el jefe político y operativo de los uniformados que operan en el distrito.

• Que Insaurralde esté al frente de la embestida es leído por Ritondo como una venganza. «Que le hayamos sacado al jefe de la Policía de Lomas le dolió más que si le hubiésemos sacado a Cirio», bromeó, áspero, el ministro. Entre Insaurralde y Ritondo parece haber, a esta altura, algo personal.

• Massa detectó la misma alerta y le agregó que eso implicaría poner todas las fuerzas (casi 100 mil hombres) bajo el mando de Pablo Bressi, actual jefe de la Bonaerense que está bajo fuego. En paralelo, el expediente policía se recorta como un elemento para confluir con peronistas con los que tuvo cercanía y convivencia. El dato es potente: post-José López, salvo los ultra-K, en el peronismo post-K se empezó a contemplar la variable de Massa como actor de un acuerdo electoral grande contra Macri.