El Banco Central enviará al exterior US$ 462 millones en lingotes de oro. Se tratan de 11.000 mil kilos del metal precioso que forman parte de las reservas y tendrán como destino Londres.

Aunque desde el oficialismo intentan explicar la maniobra como una inversión para obtener rentabilidad en el mercado internacional, la realidad es que la estrategia pone en jaque a la soberanía económica argentina, pues el dinero corre el riesgo de ser embargado por Fondos Buitre y otros acreedores financieros.

Los lingotes habían sido adquiridos en 2012 durante la gestión de Mercedes Marcó Del Pont en el Banco Central y en la actualidad constituyen un fuerte reaseguro frente a la inestabilidad financiera internacional.

El metal se transportará físicamente en dos aviones trasatlánticos, repartiendo los lingotes en dos embarques de unos 5.500 kilos con un costo extra para el BCRA de unos US$ 140.000. Con esta decisión, Argentina pierde el control sobre un recurso estratégico frente a futuras crisis financieras.