Una iniciativa en el Congreso mexicano tiende a que el país azteca deje de importar maíz de EE.UU. y lo compre a Brasil y Argentina. Así lo expresó a sputniknews.com el senador Armando Ríos Piter, diseñador de la medida comercial punitiva.

«Cambiar el consumo de maíz amarillo proveniente de Estados Unidos y reemplazarlo por fuentes latinoamericanas, es parte de una iniciativa más amplia para identificar instrumentos de política pública con los cuales cuenta México», dijo el senador, representante del sureño estado de Guerrero.

Las exportaciones totales de maíz de los agricultores estadounidenses a México subieron de 390 millones de dólares en 1995 a 2.400 millones de la misma moneda en 2015, en el marco de Tratado de Libre Comercio.

La otra parte de la estrategia para frenar las acciones antimexicanas, consistiría en «buscar alternativas para diversificar las fuentes de importación con los mercados de Brasil y Argentina, ventajoso en un momento con un tipo de cambio tan alto del dólar», explicó el legislador de la Cámara alta.

Los más afectados con una medida de ese tipo serían Estados del llamado Medio Oeste del país, que han vendido en la última década a México unas 1,5 millones de toneladas, valuadas en 1.600 millones dólares.

Discurso antimexicano

Con ese castigo comercial, «México podría ser proactivo para protegerse del discurso antimexicano del presidente Donald Trump, para mostrar cuáles son las herramientas para alzarse ante la hostilidad de Washington», dijo Ríos Piter, quien recientemente dejó las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda) para convertirse en senador independiente.

Elegir esos estados de EE.UU. para mostrar el peso de libre comercio bilateral tiene sentido, «porque el nuevo gobierno ha equivocado su posición, y espera convencer a los votantes de los decisivos estados como Iowa, Indiana, Illinois, Dakota del Norte y del Sur, Wisconsin, Michigan y Ohio, que apoyaron a Trump», dijo el legislador que propone una política antisistema.

El mensaje a Trump

El objetivo de la iniciativa legislativa es «dejar claro a EE.UU. que la relación bilateral puede seguir siendo positiva, que puede ser parte de una relación integral en las dos direcciones».

Algunos expertos dicen, sin embargo, que el proyecto castigaría a los agricultores estadounidenses, pero también podría tener costos para México.

«Obviamente que esta política pública puede tener costo, no es una decisión fácil, pero se orienta a reforzar la negociación comercial ganar-ganar con EE.UU.», respondió el legislador que ahora está en las filas de los congresistas independientes, sin partido.

Transformar las fuentes de las importaciones, desde destinos más lejanos en el sur con mayores costos de transporte, «no es un escenario óptimo, sino una política frente una situación de desequilibrio y políticas inamistosas», según la mirada del legislador mejicano.

Decisiones soberanas

El eje de la nueva política de Estado que el Senado examina, es que «México puede tomar decisiones soberanas, para un aprendizaje acelerado de los electores de Trump en el Medio Oeste, que les ayude a clarificar y comprender la relación de EE.UU. hacia el sur, de protección y responsabilidad compartida en temas comerciales, migratorios y de seguridad».

Por otra parte, la media apunta a que en el mercado interno de México busque producir los 1,5 millones de toneladas que importa de un alimento básico para la dieta mexicana, como el maíz de las tortillas.

«Vengo de un estado empobrecido como Guerrero, donde las organizaciones campesinas necesitan inversión en distritos de riego, para reemplazar esas importaciones de alimentos, que en este caso es el maíz amarillo para forraje de la ganadería mexicana», explica el legislador.

En contraparte, México se ha convertido en los últimos años en exportador de frutas, como aguacate y berries (arándanos, frambuesas, etc), desde los estados de Michoacán y Baja California.