«Piensa por qué a alguien le parece bien que nuestros niños coman basura. ¿Por qué celebrarías eso? ¿Por qué te sentarías descuidadamente y te parecería bien eso? Porque este es el secreto: si alguien hace eso, no le importa tu hijo», afirmó Obama en Washington, durante la cumbre anual de la organización Partnership for a Healthier America.

La ex Primera Dama defendió así su programa de nutrición infantil, después de que el pasado 1 de mayo el secretario de Agricultura Sonny Perdue, frenara la implementación de los estándares propuestos por Obama para los menúes de los comedores escolares financiados por el gobierno federal.

La orden firmada por Perdue retrasa hasta 2020 el programa impulsado por la ex Primera Dama, que propone la reducción del sodio y la incorporación de cereales, frutas y verduras a los menúes escolares.

El cambio, según el ministro de Agricultura, responde a las quejas de muchos administradores de comedores que argumentaron que los menúes son menos atractivos y hay mucho desperdicio.

«Para mí eso es una de las cosas más ridículas que se han dicho sobre esto: ‘Los niños no están felices’. Bueno, ¿sabes qué? A los niños tampoco les gustan las matemáticas. ¿Y qué vamos a hacer? ¿Dejar de enseñar matemáticas?», replicó Obama.

«Tenemos que garantizar que nadie nos hace dar marcha atrás. Aquí es donde debes analizar los motivos. Tienes que pararte a pensar por qué no quiere que nuestros hijos tengan una buena alimentación en la escuela. ¿Por qué esto es un asunto partidista? ¿Qué está pasando?», agregó.

Las normas impulsadas por Michelle Obama exigen que las escuelas sirvan más comida integral y frutas y verduras frescas a millones de niños, además de que se limiten las cantidades de sodio y leche grasa, y se eliminen las grasas saturadas en los menús escolares.